Domingo de Ramos

Prendimiento: Esmero en el pequeño formato

El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Málaga, Juan Antonio Sánchez López, inicia hoy una serie de reportajes con La Opinión sobre pequeñas piezas escultóricas en los tronos de las vírgenes. En este caso se centra en la escultura de la Divina Pastora, en la capilla frontal de la Virgen del Gran Perdón de la Hermandad del Prendimiento, obra del artista sevillano Miguel Ángel Domínguez Velázquez. Es una reproducción fidedigna de la titular de la parroquia y patrona de Capuchinos, atribuida a José Montes de Oca.

Miniatura de la Divina Pastora, en la capilla frontal de la Virgen del Gran Perdón.

Miniatura de la Divina Pastora, en la capilla frontal de la Virgen del Gran Perdón. / Eduardo Nieto

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En el frontal del trono de la Virgen del Gran Perdón, «uno de los grandes tronos de la Semana Santa de Málaga y uno de los diseños mas grandiosos y originales de Juan Casielles», por traducir a la plata «la característica de los tronos malagueños tallados en madera dorada», se encuentra una gran capilla «con una prestancia y una volumetría arquitectónica bastante definida», explica el catedrático de Historia del Arte de la UMA Juan Antonio Sánchez López

Se trata de una capilla concebida para alojar una escultura de pequeño formato, «realizada para un lugar no menor en importancia, sí en proporciones, dentro del conjunto del trono».

La escultura es un homenaje a la tercera sede canónica de la Hermandad del Prendimiento a lo largo de su Historia, la Parroquia de la Divina Pastora, así como «un guiño» a Capuchinos. 

Como destaca el catedrático, no es el único caso en el que la Divina Pastora aparece dentro del ajuar procesional del Prendimiento, pues también se encuentra en el guión actual. 

De seriada a fidedigna

Por otra parte, con respecto a la capilla frontal, la imagen actual, obra del artista sevillano Miguel Ángel Domínguez, sustituye a un figura seriada, «prácticamente sin ningún interés, así que con buen criterio la hermandad decidió sustituirla por una obra en madera dorada, estofada y policromada, que además incorpora el aliciente de ser una imagen fidedigna de la titular del templo».

Hay que resaltar además que la talla titular del templo se atribuye al escultor sevillano José Montes de Oca, fue realizada entre 1720 y 1725 y como señala el experto, «es quizás una de las más bellas interpretaciones escultóricas de la Divina Pastora en Andalucía y en España y otra joya del patrimonio artístico de la ciudad de Málaga». 

Aunque no se tiene constancia exacta de cuándo llega a Málaga, lo que sí se conoce es que en 1771 el beato José de Cádiz fundó en la capital la Congregación de la Divina Pastora. 

Trono de la Divina Pastora, en mayo de 2015.

Trono de la Divina Pastora, en mayo de 2015. / Gregorio Torres

Todo ese bagaje histórico de la imagen y el hecho de ser el referente de la parroquia es lo que motiva al Prendimiento a sustituir la imagen seriada por una reproducción fidedigna. 

Como recuerda Juan Antonio Sánchez López, la obra de Miguel Ángel Domínguez iba a ser «el gran estreno de la Semana Santa de 2020», pero la pandemia lo retrasó a 2022. El concepto es lo que se llama un ‘bibelot’, un termino francés que hace referencia a una escultura de pequeño formato que generalmente reproduce una obra «conocida o de prestigio, con el aliciente de que el bibelot viene a ofrecer, con el encanto del pequeño formato, una versión preciosista del original de referencia», algo que, resalta el catedrático de Historia del Arte, se cumple con la Divina Pastora del Prendimiento.

Hay que tener en cuenta además que la talla original de Montes de Oca ya es «un delirio de preciosismo y de delicadeza, cuanto más cuando se aplican esos criterios estéticos a la imagen de tamaño reducido». 

El Niño Jesús

Por otra parte, el catedrático subraya que en el trabajo de Miguel Ángel Domínguez se palpa «ese esmero», no sólo a la hora de reproducir la fisonomía tan característica de la producción de Montes de Oca sino que también se aprecia con la imagen del Niño Jesús, que es posterior y de hecho, «una de las grandes obras de Luis Álvarez Duarte, que realiza en el momento más brillante de su trayectoria como escultor». 

A este respecto, explica que en la iconografía original de la Divina Pastora, un tema iconográfico creado por fray Isidoro de Sevilla en 1703, a raíz de una visión mística de la Virgen como «pastora de las almas y Madre del Buen Pastor», no aparece el Niño porque Cristo está representado por el cordero».

Como señala, con respecto a la talla de Capuchinos, la primera noticia que se tiene de un Niño Jesús acompañando a la Divina Pastora es del siglo XIX. Esta obra se puede atribuir al sevillano Gabriel de Astorga y se trataba de una obra «muy edulcorada y amuñecada» sin valor artístico. Al ser sustraída avanzado el siglo XX, en los 70 se encarga a Álvarez Duarte una nueva talla «que armoniza perfectamente en calidad y composición con la obra de Montes de Oca». 

«Esmero extraordinario»

En su conjunto, Juan Antonio Sánchez López aprecia en el trabajo de Miguel Ángel Domínguez «un esmero extraordinario» a la hora de reproducir, como antes ha dicho, la fisonomía de la Virgen y del Niño, pero también en la policromía y el atuendo de las imágenes, «aunque se reproduzcan en una obra en madera estofada», de ahí que también sean muy llamativos esos colores característicos del grupo escultórico y el diseño de los bordados.