Acusado de asesinato

Daniel Sancho evita el módulo principal de la cárcel y es trasladado al ala hospitalaria

La dirección de la cárcel ha finiquitado su aislamiento en la enfermería pero no le han enviado al módulo principal sino al ala hospitalaria, más amplia y con menor densidad de presos

Silvia Bronchalo.

Silvia Bronchalo. / EFE

Adrián Foncillas

Silvia Bronchalo ha visitado a su hijo, Daniel Sancho, este jueves al mediodía en la cárcel de Koh Samui, en Tailandiadonde el joven está desde que fue detenido por asesinar y descuartizar al cirujano colombiano Edwin Arrieta. Bronchalo ha llegado en taxi acompañada de dos personas de la embajada española en Bangkok, ha permanecido en la prisión durante hora y media y se ha marchado sin hablar con la abundante prensa española que la había esperado bajo la canícula. Esta había pactado que no formularía preguntas por respeto a su silencio y en saludable contraste con el infame asedio que sufre el domicilio familiar donde vive una niña de ocho años.

El hijo del actor Rodolfo Sancho ha recibido la visita de su madre tras finalizar el periodo de aislamiento

La primera visita a una cárcel tailandesa requiere de la mediación de la embajada pero no las siguientes, señalan fuentes penitenciarias, lo que agilizará el ritmo de futuras visitas a Sancho.

El encuentro entre madre e hijo ha coincidido con el final de la cuarentena por el protocolo anticovid vigente aún en las penitenciarías tailandesas. Sancho, acusado de asesinato premeditado y ocultamiento de cadáver, no se había relacionado en los últimos diez días más que con el personal de la cárcel, sus abogados y la policía de la vecina isla de Koh Panghán.

Visitas y videollamadas

Desde este jueves puede verse en persona con sus familiares, separados por un cristal, y realizar videollamadas. La dirección de la cárcel ha finiquitado su aislamiento en la enfermería pero no le han enviado al módulo principal sino al ala hospitalaria, más amplia y con menor densidad de presos. Los representantes de la familia habían advertido de que trasladarlo al módulo principal amenazaba su integridad física, por el riesgo del suicidio y agresiones. Suena a solución salomónica: al gobierno del país sudasiático le desagradaría tanto que le pasara algo a Sancho con los focos mediáticos apuntándole como sentar un precedente de trato de favor frente a los reclusos locales.

En la coqueta prisión de Koh Samui, hundida en un valle frondoso del sur del país y con presos que cumplen penas de menores de 15 años, permanecerá Sancho hasta la conclusión del juicio. La abultada pena prevista le conducirá a las áridas cárceles de la capital. Su estado, más allá del lógico afligimiento, no preocupa a la dirección de la prisión.

Sancho, hijo del célebre actor Rodolfo Sancho, ingresó en el centro tras la orden de prisión preventiva dictada el pasado lunes. La policía sostuvo este martes, apenas dos dos semanas después de que el acusado matara y descuartizara al cirujano colombiano Edwin Arrieta en un hotel, que ya había concluido sus investigaciones y juntado las suficientes evidencias para sustentar el crimen premeditado y ejecutado en solitario. "Pena de muerte", repitió Surachate Hakparn, el poderoso y mediático subdirector de la policía nacional, cuando fue preguntado por el castigo merecido.

Un día después, sin embargo, agentes de la isla de Koh Panghán, viajaron a la vecina Koh Samui para interrogar por quinta vez al confeso homicida. Falta aún la autopsia para aclarar si a Arrieta le mató la cuchillada en el pectoral izquierdo o el golpe en la cabeza contra la bañera al caer. La policía sostiene que esos flecos no variarán sus conclusiones sino que las apuntalarán en la fase oral del juicio.

La familia de Sancho había afirmado en un comunicado anterior que “sentía mucho el fallecimiento de Edwin” y que no hablaría con la prensa para respetar “el momento tan doloroso” que sufrían ambas familias.