Cuarto, el Unicaja era cuarto a estas alturas de la pasada temporada (21-9). Un puesto muy meritorio, porque un año antes era noveno, malviviendo con un registro 15-15 y fuera de play off. Undécimo aparecía hace ya tres años, con un balance negativo de 14 triunfos y 16 derrotas. Sexto en el curso 2010/11, con un récord de 17-13. Y así podríamos seguir años y más años... Quién nos iba a decir, en el mes de octubre, cuando nacía esta temporada 2014/15, que íbamos a estar jugándonos hoy el liderato contra el todopoderoso Real Madrid...

Pero así es, ni más ni menos. Con todas sus virtudes y defectos, y tras caer en Sevilla el sábado, el Unicaja, el colíder de la ACB, aparece hoy en la capital de España para presentar sus credenciales. Poco o nada se habla de los equipos en esta Liga Endesa salvo que le pintes la cara a Madrid o Barça. Y en su pista, por supuesto. Aquí en Málaga ganó el Unicaja (99-92), tras una prórroga. Y hoy, en el partido del año en la Fase Regular de la ACB, el conjunto de Joan Plaza quiere el doble o nada. El liderato en solitario. De lo contrario, el segundo puesto. Una plaza que también sería la releche. Habría, casi, casi, que frotarse los ojos. En verano eso era impensable y, sin embargo, a día de hoy, a todos nos dejaría un regustillo amargo.

A este Unicaja no se le puede pedir más de lo que está ofreciendo. A este Unicaja que ha devuelto a Málaga a los focos del básket nacional le hemos visto ganar ya al Madrid, hincar la rodilla en el Palau por un «churritriple» de Abrines, conquistar Vitoria, desbocarse en Valencia, arrasar en Las Palmas... Le hemos visto jugar al baloncesto muy bien. Ha sabido competir y sufrir, y su consistencia le ha puesto ahí, arriba, en la cima, donde ha visto pasar más de 20 jornadas. En solitario casi siempre, y a veces junto al Real Madrid como compañero de vagón. Como sucede ahora. Y como esta noche, pasadas las diez y media de la noche, dejará de estar. Porque el ganador, el que triunfe, será único líder.

¿Puede ganar el Unicaja? Por supuestísimo que sí. Si no lo creyera les digo, en verdad, que no hubiese escrito esta previa. El Unicaja sí puede. Este Unicaja puede con todo en la ACB. En primer lugar, porque el partido va a ser muy diferente al de Sevilla. Y en segundo, porque todo el equipo es muy consciente de que el escenario de hoy es despampanante, que todos miran y que la victoria acercaría el primer puesto a final de la Fase Regular, lo que equivaldría a esquivar a Madrid y Barça hasta una hipotética final liguera.

Llegados a este punto urge aclarar que el liderato no se merece; el primer puesto se consigue. Y hay que hacerlo sobre la pista. En Madrid, en su cancha y, probablemente, con un trío arbitral que no va a regalar ni la hora. Perder no sería un trauma. Dependerán las formas, por supuesto. Pero venga lo que venga a partir de ahora, sea lo que sea, si se logra con el coraje, la entereza y la confianza que se ha hecho hasta ahora, sería un regalo hermoso para la «marea verde». La misma que se movilizó tras muchos años para ir a Sevilla. Y sí, es verdad, la que regresó con un mosqueo de tres pares de narices. Pero, al fin y al cabo, es la misma afición que mira la clasificación hoy, antes de jugar esta «final», y la compara con la del pasado año, cuando el equipo era cuarto; el anterior, noveno; o hace tres, undécimo...

El Unicaja tiene en mente el partido que más le interesa. No regalar nada e insistir con su defensa. Ser muy agresivos atrás, cerrar líneas de pase y acudir al rebote como una manada de lobos. Correr siempre que se pueda, circular la bola, sacar petróleo de la conexión Granger-Fran Vázquez. Y, después, esperar que algún que otro planeta se alinee. Allí no ha ganado nadie en la ACB este año, y sólo ha perdido el Madrid un partido en la Euroliga. Pablo Laso es consciente que su renovación pasa por ganar todo lo que esté en disputa.

Empatan los dos a bajas. Jaycee Carroll, el Real Madrid; Germán Gabriel, el Unicaja. Fundamental recordar que si, a las malas, se pierde, hay que ceder por menos de siete puntos. Y grabar a fuego que si se cae, hay que hacerlo de pie, luchando, defendiendo esta camiseta y muriendo por este escudo.