El Carpena no fue suficiente

10.602 aficionados cajistas abarrotaron el Palacio y no dejaron de animar a los suyos en busca de un triunfo que finalmente no llegó

La «marea verde» terminó desesperada con algunas decisiones arbitrales

Unicaja 79-90 Barça: Contra las cuerdas

Manuel García

Manuel García

La fiesta del Martín Carpena no pudo completarse con una victoria del Unicaja. Pero a buen seguro los más de 10.000 aficionados verde que estuvieron presentes en las gradas del Palacio de los Deportes ya están contando las horas para regresar y vibrar con su equipo en busca de ganar al Barça y forzar el quinto partido en el Palau. La «marea verde» dio otro recital, antes y durante el encuentro y despidió a los suyos al grito de «Málaga, Málaga», para empezar a preparar la olla a presión del martes.

La afición malagueña se dejó notar desde minutos antes del inicio. Ya el ambiente en los exteriores a una hora del choque hacía presagiar que lo dentro iba a ser un auténtico «infierno verde». Las gradas del Martín Carpena se poblaron de aficionados mucho antes de lo habitual. A 20 minutos del comienzo del choque el ruido ya de la hinchada ya era el de una tarde especial.

La afición verde llenó el Carpena en el tercer partido de la serie.

La afición verde llenó el Carpena en el tercer partido de la serie. / Gregorio Marrero

Y todo reventó cuando llegó el turno de anunciar a los jugadores por la megafonía. Primero, una pitada monumental al rival y luego luces apagadas y linternas de los móviles al aire para recibir a los jugadores y al entrenador que están haciendo soñar a toda una ciudad. Porque el sueño sigue.

Enfado con el arbitraje

Y una vez empezó el partido la cosa fue a más y más. El Carpena apretó y apretó, sin descanso. Más de 10.000 almas al unísono empujaban a los suyos e iban subiendo el ambiente del pabellón con cada decisión polémica que tomaron los árbitros, y hubo más de una. Una antideportiva a Carter cuando él entraba a canasta y era objeto de falta terminó por encender la mecha de la «marea verde», que despidió al trío al descanso con una tremenda pitada.

El ambiente siguió caldeado durante todo el encuentro. Incluso cuando el partido se fue complicando, los de verde siguieron empujando en busca de una remontada que cada vez se ponía más complicada. La noche no pudo terminar con una alegría, porque el Barça se llevó la victoria de Málaga y recuperó el factor cancha, pero lo vivido en el pabellón es una muestra más de que el baloncesto ha regresado con fuerza este año a la ciudad. Y pase lo que pase en lo que resta de serie, eso ya quedará para la próxima temporada. El martes, otra batalla para disfrutar.