El sector empresarial de la playa de Ferrara, en Torrox Costa, no tiene ya paciencia. Y lo peor aún, ha dejado de creer en promesas. A pesar de que la temporada pasada ya estaba ultimada la redacción por parte de Costas del proyecto básico para instalar al menos un espigón para la estabilización de este turístico tramo de litoral, la arena ha vuelto a desaparecer a escasas semanas de que comience el verano.

Las voces críticas ya son desesperadas. «Se nos está marchando los turistas a otros sitios. A diario es raro que no te venga algún residente diciendo que va a vender su piso, que ya Torrox no es lo que era», argumenta Miguel García, un camarero del entorno del establecimiento hotelero de la cadena Iberostar. Mientras que en los últimos días el temporal de Levante se ha llevado lo que el Poniente tardó todo un año en regenerar de forma natural, todas las miradas apuntan a las administraciones. Entre otras cosas, porque el pasado verano hubo un acuerdo no escrito entre Costas, Diputación y Ayuntamiento para financiar el medio millón de euros que costará la instalación del primer espigón, junto al Faro de Torrox.

Dichas obras no tienen siquiera plazo, como reconoce el propio Ministerio. Pero es que ni se ha puesto en negro sobre blanco el convenio a suscribir entre las tres partes. El presidente de la Diputación, Elías Bendodo (PP), en una visita a la zona, anunció durante la pasada temporada turística que Costas aportaría 300.000 euros y su administración, a partes iguales con el Ayuntamiento, los 200.000 restantes.

Lo paradójico de este proyecto, que prevé instalar un espigón de 120 metros de longitud por ocho metros de ancho, perpendicular a la playa, es que un error administrativo ha podido demorar en el último mes un tímido intento por impulsar los trabajos. La concejala de Playas, Mari Ramírez (PSOE), apuntaba días atrás que la Diputación había «incumplido» su palabra, al remitir una carta suscrita por la diputada de Medio Ambiente, Marina Bravo, donde pedía al Consistorio hacer frente a una partida de 200.000 euros para este espigón.

A instancias de este periódico, y tras observar el mencionado escrito, la administración provincial reconoció el pasado viernes que se había producido un «error en la comunicación enviada». Justo entonces fue «solucionado». Y así lo indicaban fuentes de la propia Diputación: «Hemos hablado con el alcalde, Francisco Muñoz, y ya está remitido el documento con las cantidades correctas».

Al mismo tiempo, el delegado de la Asociación de Empresario de Playas, David Villena, explicaba que es la «historia de todos los años. Estábamos rezando para que no pasara algo así». Manuel Rico, también propietario de un chiringuito, añadía: «En tres días hemos perdido lo que el Poniente había metido en tres meses». Y finalizaba Miguel Arrabal: «Ahora a ver qué invento buscamos. Ni regenerar mar adentro sirve».