­De los cuatro detenidos por su presunta implicación en los ataques perpetrados con explosivos contra trece cajeros automáticos en diferentes puntos de la provincia, los investigadores han puesto gran parte de su atención en los dos británicos al considerar que son los responsables directos de asestar los golpes. Ambos fueron sorprendidos y detenidos pasadas las cuatro de la mañana del miércoles en una vivienda de Calahonda (Mijas), con las suficientes pruebas como para implicarles en los robos que durante los últimos meses han traído de cabeza a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, cuyos agentes se quedaron de piedra cuando, además de bombonas, cableado eléctrico y otras herramientas, descubrieron que en la casa había armas de guerra. Granadas de mano en «perfecto estado» que ahora se analizan para conocer tanto la procedencia como las intenciones de los detenidos. Y dinero, bastante dinero que supuestamente han conseguido volando los cajeros y que no se descarta que utilizaran para invertirlo en otras actividades relacionadas con el crimen organizado, ya que en la vivienda también encontraron distintas cantidades de cocaína y marihuana.

Los otros arrestados en operativos diferentes son dos españoles, a uno de los cuales le atribuyen el suministro del gas acetileno a los británicos y al otro, labores de intermediario entre unos y otro. El quinto implicado es una mujer que no ha sido detenida pero cuya participación en los hechos está siendo investigada.

Los operativos policiales que se desarrollaron en Marbella, Estepona, Coín, Ronda o incluso Granada tendrán que revelar plenamente si esta banda ha perpetrado los trece ataques -siete en el ámbito de demarcación territorial de la Policía Nacional y otros ocho de la Guardia Civil-, puesto que no siempre se ha utilizado la misma sustancia para reventarlos ni en las mismas entidades. Si los golpes contra las máquinas de Unicaja se han producido mayoritariamente inyectándoles acetileno, los cajeros del Banco Santander fueron triturados con una sustancia tangible mucho más poderosa que requiere el trabajo de un experto. Desde que ambos sistemas fueron detectados, los investigadores abrieron la hipótesis de que existiera más de una banda con dos modus operandi diferentes, teoría que ayer no había sido descartada.

Las primeras en sufrir los ataques fueron tres máquinas del Banco Santander el pasado verano en apenas veinte días, dos en la capital y una en La Cala del Moral, esta última oficina hecha añicos por la cantidad de explosivo utilizada. Marbella y Mijas -dos veces cada una-, Alhaurín el Grande, Monda, Guaro y Ojén fueron otros municipios que se sumaron a la lista con ataques contra ambas entidades con distinta suerte, ya que algunos se quedaron en tentativas.