No muchas veces en una ceremonia de Parcemasa se termina cantando algo como «Estoy en casa solo y sin machaco» –la oda al anis hardcore de Algo así como un tango–. O, por petición de la concurrencia, se canta un himno a la ciudad que incluye versos como «Málaga, Málaga la bonita / Ay, quién te pudiera coger en una esquinita». O verse a un chico levantarse del asiento y encenderse un cigarrillo con un cirio y mostrar sus respetos frente al féretro. Rockberto era único y simpar; así también lo fue la despedida que se le brindó en el Parque Cementerio de Málaga.

No se recuerdan muchos adioses tan concurrido como el de ayer. Fue una auténtica peregrinación tanto de amigos y colaboradores como de fans del cantante de Tabletom. Acudieron, por ejemplo, Javier Ojeda, vocalista de Danza Invisible, y Kiko Veneno, compañero de fatigas de Rockberto cuando la banda malagueña intentaba despegar de la mano de Ricardo Pachón y Mario Pacheco. Por supuesto no faltaron el escritor José Miguel González –el letrista de muchas de las mejores coplas de Tabletom– y los hermanos Ramírez, Perico y Pepillo, los inseparables del vocalista malagueño en el grupo desde la década de los setenta. La muerte de Rockberto no tuvo tanto sentir entre la clase política: sólo acudieron Pedro Moreno Brenes, el portavoz de IU en el Ayuntamiento de Málaga –y, por cierto, principal instigador de la propuesta por la cual Tabletom darán su nombre a una calle de nuestra ciudad–, y Eduardo Zorrilla, concejal del mismo partido; María Gámez, del PSOE, mandó sus condolencias por Twitter.

Emoción

La sala de Parcemasa, llena: muchas personas tuvieron que sentarse en el suelo. La emoción, absoluta: aplausos, risas cómplices y contenidas en algún momento del panegírico de Perico –como las referencias a la naturaleza desastrada pero, finalmente, completamente genial del malagueño– pero, sobre todo, ojos llorosos, especialmente al entonar todos unidos algunas de las canciones más populares del grupo, como las citadas Algo así como un tango y Málaga. También las calles de Málaga fueron ayer un homenaje al fallecido artista. El tuitero @_Chemamalaga publicó ayer una foto con el título Los muros del Perchel nunca mienten en la que podía leerse el siguiente grafiti: «Rockberto es Dios». Tributo popular a un incomparable.