En 1885 Carl F. Benz construyó un triciclo con un motor de explosión y desde entonces comienza la larga historia de los vehículos a motor. Los automóviles en sus comienzos fueron una máquina elitista sólo accesible a las clases pudientes. España se incorporó pronto [el primer vehículo matriculado en nuestro país data del 11 de octubre de 1900], aunque la adquisición de coches representaba un símbolo de lujo que aportaba cierta distinción social a su propietario.

Málaga no estuvo ajena a estos revolucionarios cambios y ya en agosto de1907 tuvo lugar la matriculación del primer automóvil en la provincia. Al parecer, un Oldsmobile conducido por Francisco Merino García, cuyo expediente no se conserva.

La historia del automóvil en Málaga es custodiada a partir de este año por el Archivo Histórico Provincial, que ha recibido la transferencia «modélica» desde la Jefatura Provincial de Tráfico de un total de 122.191 expedientes de matriculación de vehículos de los años 1907 a 1972. «Esta serie es una fuente documental imprescindible para la historia de los vehículos a motor en la provincia, ya que en cada expediente se puede encontrar el historial de un automóvil, con todos los documentos a lo largo de su vida útil hasta el momento de su baja y desguace», explica la directora del Archivo Histórico Provincial, Esther Cruces.

MA-5 es la primera matrícula malagueña de la que se conserva la documentación. Su propietario, el empresario malagueño Francisco Álvarez Net, emparentado con la oligarquía malagueña, conducía un modelo Rocher Schneider de 16 caballos y cuatro cilindros. Cruces comenta que debido a su elevado precio y a las dificultades para su adquisición, los primeros propietarios son los personajes más adinerados y emprendedores de la provincia, como Félix Sáenz o los Larios.

De este último se conserva los documentos del vehículo propiedad de Juan Larios y Enríquez, marqués de Valle Umbroso, quien había pedido permiso para circular por todas las carreteras españolas a bordo de su Renault Frères con matrícula MA-10, de cuatro cilindros, con bocina, silbato, cuatro asientos en el interior y dos en el pescante. La directora del Archivo Histórico Provincial aclara sobre estas características, que la mayoría de estos vehículos eran como «los coches de caballos de siempre pero con motor».

Otra de las conclusiones de estos documentos es el aumento de las matriculaciones en la década de los 60 y 70, un «claro reflejo» del movimiento económico en la provincia, cuenta Cruces. Proliferan los vehículos de importación por la presencia de residentes extranjeros y por la cercanía de Gibraltar. Y también se notó el crecimiento del parque móvil con el revolucionario 600 y del 2 caballos, coches en los que de forma asombrosa cabía toda una familia numerosa.