Ha ganado buena parte de los premios más prestigiosos y populares de nuestro país, pero Lucía Etxebarría sigue teniendo lo que se llama «mala prensa». En diciembre aseguró que dejaría de escribir durante un tiempo como protesta por la piratería de sus novelas.

Dice que El contenido del silencio no se parece en nada a los demás libros. ¿Qué ha ganado y qué ha perdido desde Beatriz y los cuerpos celestes?

Es una novela mucho más trabajada y creo que es mi mejor obra. He perdido la frescura y la inocencia del principio, pero he ganado en habilidad narrativa y en capacidad de construir personajes. Solo a partir de los cuarenta años puedes hablar de temas tan complejos como las relaciones de sumisión y dominación.

Como señala en el título de su novela, siempre hay algo detrás de los silencios. ¿Qué suelen esconder los suyos?

Se titula El contenido del silencio porque hay mucho más en lo que no se dice que en lo que se dice. Y eso pasa en la vida. La clave que define a cualquier individuo, a ti, a mí, al lector que lee esta entrevista, es su secreto más íntimo, aquello que no quiere revelar. ¿Qué contiene el silencio? Secretos que no pueden salir a la luz. Pactos de silencio entre miembros de una secta. Miedo. En general, lo que no se dice contiene mucho más que lo que se dice. Aquello que no se puede decir, el secreto que no puede ser revelado, es lo que más define a una persona. Las grandes decisiones hay que tomarlas en silencio y solo en silencio puedes escuchar tu voz interior. Desgraciadamente, en nuestra sociedad no se valora el silencio. La gente pone la tele para que le haga compañía, hay hilo musical en los ascensores, en los bares, en las peluquerías... Casi no queda espacio para escucharse a uno mismo, para la meditación, aunque el silencio contiene muchas resonancias cuando alguien quiere buscarlas.

Habla en su libro de la manipulación -de las sectas y de los sistemas totalitarios-. ¿Somos todos más fácilmente manipulables de lo que nos creemos?

La novela habla de sectas, y creo que hay más sectas a nuestro alrededor de las que están tipificadas legalmente. La Cábala, la Cienciología, los kikos, los Legionarios de Cristo y el Opus Dei actúan como verdaderas sectas y, sin embargo, a nivel legal no lo son.

¿Qué es una secta?

Yo creo que en el concepto original de secta como «conjunto de seguidores que siguen ciegamente a un líder», lo importante de la definición es el adjetivo: ciegamente. En todos los casos un individuo es manipulado para que reniegue de sí mismo y se entregue ciegamente. Y a cualquiera , a cualquiera, le puede captar una secta. Basta con que el contacto se establezca en un momento en el que el captado se halle vulnerable psicológicamente, tras una pérdida grave o un cambio profundo en su vida.

En alguna ocasión ha comparado las sectas con algunas relaciones amorosas...

La novela toca temas muy profundos y mucha gente se va a ver reflejada incluso si jamás ha estado en una secta, porque los métodos de captación de una secta y los que usa un perverso narcisista -una pareja que te capta solo para sacar provecho de ti- son muy parecidos. El dolor y el sufrimiento son temas universales, la confusión y el deseo también.

En diciembre dijo que si seguía la piratería tendría que dejar de escribir. Después de ver la repercusión, ¿se arrepintió de haber hecho esas declaraciones?

Ahora mismo con la crisis y la piratería escribir profesionalmente no es rentable, sobre todo si uno piensa en el trabajo que exige. Mi asistenta cobra diez euros por hora. Yo calculo que cobro menos por hora invertida en novela o guión. Esta novela tardó tres años en escribirse, y el adelanto no fue particularmente alto. Si hago cuentas, no he cobrado a diez euros la hora. Por esa razón no creo que vuelva en una temporada a publicar libros. Eso no quiere decir que deje de escribir. Tengo un magazine online (www.allegramag.com) y dejo mis escritos allí.

Ha ganado el Premio Nadal, el Planeta y el Primavera de Novela, tiene numerosos lectores y, aún así, hay gente que la sigue poniendo en cuestión como escritora y sigue siendo blanco de ataques. ¿Encuentra una explicación?

¿Por qué recibo tantos ataques? Por envidia, claro. La envidia es una constante en una sociedad obsesionada con los logros. Y hace sufrir enormemente a muchas personas, a los envidiosos y a sus víctimas. Puede ser explícita y transparente, o callada y recelosa, como suele ser la tónica en capillas literarias. En cualquier caso, la envidia es un sentimiento de frustración insoportable ante algún bien de otra persona, a la que por ello se desea dañar. Porque envidioso es un insatisfecho que, a menudo, no sabe que lo es. Por ello siente consciente o inconscientemente rencor contra las personas que poseen algo -éxito literario, ventas, juventud y belleza…- que él desea pero no puede o no quiere desarrollar. Así, en vez de aceptar sus carencias o reconocer sus deseos y darles curso, el envidioso odia y desearía destruir a toda persona que, como un espejo, le recuerda su privación.

¿Qué es para usted la envidia?

La rabia del impotente que, en vez de luchar por sus anhelos, prefiere eliminar la competencia. La envidia es una defensa típica de las personas más débiles, acomplejadas o fracasadas. Yo no me permito sentirla, porque sé que es una fuerza destructiva sobre todo con el envidioso, como un cáncer de frustración que le come por dentro.