La crisis en los despachos del Festival de Cine de Málaga parece estar lejos de desaparecer. El excoordinador de la cita, Antonio Luque, despedido en junio de 2011 y readmitido meses más tarde por orden judicial, interpuso el pasado mes de abril una denuncia contra la empresa municipal que gestiona el certamen a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, en la que sostenía estar siendo víctima de acoso laboral o mobbing desde su reincorporación.

Una vez practicada la pertinente investigación y comprobación de los hechos denunciados, el inspector de Trabajo procedió el pasado 19 de junio a extender un acta de infracción al Festival de Cine de Málaga e Iniciativas Audiovisuales S. A. por «vulneración del derecho del trabajador Antonio Luque a la consideración debida a su dignidad, infringiendo la empresa lo dispuesto en el Art. 4.2. e) de la Ley del Estatuto de los Trabajadores», según recoge el texto al que ha tenido acceso La Opinión de Málaga.

Esta noticia aparece una semana después de que este periódico hiciese pública la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) a favor de Antonio Luque. El pasado 10 de mayo, el juez del TSJA desestimó el recurso de suplicación formulado por el Festival de Málaga y confirmó la anterior sentencia, emitida en octubre por el Juzgado de lo Social número 5 de Málaga, que declaraba improcedente el despido de Luque y obligaba al certamen a su readmisión «en el mismo puesto que venía desempeñando hasta la fecha del despido y con las mismas condiciones».

Uno de los motivos esgrimidos por el director gerente del Festival de Cine, Carmelo Romero, para justificar el despido de Luque fue que éste se había adjudicado un complemento de 1.250 euros al mes «en concepto de comisión de servicio, por su propia voluntad y sin que fuera autorizado por la gerencia del certamen». Preguntado por lo sorprendente de dicho argumento, Romero incluso llegó a declarar que «los empleados pueden hacer cosas sin que se entere el jefe».

Estas afirmaciones del gerente del certamen malagueño quedan en entredicho en el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en el que se le recuerda a Romero que él mismo venía «percibiendo asiduamente idéntico concepto» y que, por tanto, puede «difícilmente ahora reprochar» a Luque «percibir el mismo, ni mucho menos achacarle que ello sea por su propia voluntad». «Por lo cual -prosigue la sentencia-, resulta inviable que el coordinador pudiera por su propia y exclusiva voluntad, y sin la debida autorización y conocimiento del departamento de gestión, autoirrogarse el devengo y percibo de un complemento salarial ajeno al convenio y en un importe nada desdeñable: así como que ello pudiera producirse a espaldas de la entidad».

El juez considera, además, «absolutamente ilógico» que esta situación pudiera «acontecer por la propia voluntad del actor que, en su condición de coordinador de la entidad, carecía por completo de autoridad y potestad de mando para acordar el devengo, por lo que necesariamente hubo de ser acordado y autorizado por los órganos de gestión».

Dos sueldos de coordinador. A las pocas semanas de ejecutar el despido de Antonio Luque, el Festival de Málaga, lejos de esperar cualquier dictamen judicial, se apresuró a contratar a un nuevo coordinador, Juan Antonio Vigar, quien lleva ejerciendo como tal desde finales de julio de 2011. Ocurre que, tras la sentencia que obligaba al Festival a la readmisión de Luque en su mismo puesto y condiciones, el certamen lleva afrontando el pago de dos nóminas para el mismo puesto de coordinador.

A este gasto también hay que añadirle la cantidad que el certamen deberá abonar en concepto de costas procesales y honorarios de letrados procedente de los recursos contra Antonio Luque.