La maestría de Javier Vargas y la garra de Raimundo Amador se unen en el espectáculo «Noche de blues y flamenco», en el que los dos artistas interpretarán los temas más conocidos de sus respectivas carreras en una actuación en la que se fusionarán ambos géneros. La cita, hoy en el Teatro Cervantes

¿De qué manera nació esta gira conjunta?

Mi amistad con Raimundo y nuestras primeras colaboraciones juntos se remontan a los años 90, así que cuando la productora nos propuso esta gira enseguida nos apeteció. Y esta unión está siendo muy bien acogida por el público, que disfruta mucho en cada concierto: salta, se emociona y termina en pie. Y todo a pesar de la crisis, lo que es aún más de agradecer.

¿Cuál es el fruto de este matrimonio blues-flamenco?

Estos dos géneros se llevan muy bien; son hermanos de sangre y de sentimiento. A la hora de expresar, los dos salen muy del alma y son muy viscerales. Además, las frases del flamenco encajan muy bien en el fraseo del blues. La mezcla de los dos crea una amalgama de sensaciones muy especial. Yo ya había experimentado anteriormente con el guitarrista flamenco Chicuelo y vi que casaban muy bien.

¿Cómo plantean el espectáculo?

Comienzo tocando yo algunos de mis temas más conocidos; luego llega el turno de Raimundo y después tocamos juntos. Cada uno llevamos nuestra banda, la mía es la Vargas Blues Band, y cuando tocamos juntos hacemos una banda mixta. En total son tres horas de espectáculo pero al final la gente sigue pidiéndonos más, así que está claro que no se nos hace a ninguno largo.

Y tras esta gira conjunta, ¿por dónde seguirá su camino?

Vamos a estar juntos hasta abril y luego ambos tenemos nuestros proyectos individuales. En mi caso tengo un trabajo con el cantante norteamericano de Quite Riot, Paul Shortino, con el que giraremos por toda Europa. Luego participaré en Alemania en un festival y, al mismo tiempo, estoy preparando un nuevo disco que espero que esté listo para finales de año. También estamos grabando un DVD con algunos de los conciertos de la gira alemana que creo que va a ser muy atractivo.

Emigró de niño a Argentina, después pasó por Tenessee en EEUU, para volver a España siendo músico profesional. ¿Qué recepción encontró del blues por parte del público español?

Cuando volví a España por primera vez había seguidores del blues y el rocanrol, siempre los ha habido. De hecho en esos años actuaban por aquí Rory Gallagher o Buddy Guy. Venían bandas estadounidenses e inglesas de blues y siempre ha habido. Claro que a un nivel popular, para un público masivo, hablamos de una música de las grandes minorías. Lo que empezó a entrar primero fue el rock cantado en castellano, cuando llegué me contrató Miguel Ríos para colaborar, componer y girar con él. Antes de eso las radios no programaban nada que tuviera guitarras y un ritmo endiablado, era todo música melódica. Con la Transición empezó todo a cambiar, se abrió a muchos estilos de música y han pasado todo tipo de bandas de blues. Yo venía de tocar con Canned Heat en Los Ángeles, al llegar mi idea era montar una banda de blues y rocanrol y aquí estamos, veinte años después.

¿Creyó entonces que el blues podía llegar a popularizarse en España?

Meterte en un circuito grande con ese tipo de música era bastante complicado. Esos años me dediqué a ser músico de estudio, a colaborar, componer y currar para otros artistas. Llegado ese punto, formé un trío de blues y tuvimos tanto éxito que al volver a Madrid, con un dinero que me llegó de derechos de autor de canciones que había compuesto, lo invertí en mi primer álbum, All around the blues, con un sello independiente. Tuvo mucho éxito y a partir de ahí, tocando un día me descubrió la Warner y me ofrecieron editar mis álbumes; fue cuando vino Madrid-Memphis, y de ahí hasta hoy.

Raimundo Amador, Santana, usted, ¿puede decirse que son los padres del blues latino?

Yo, aunque puedo tocar blues puro y tener ese punto, porque he tocado y estudiado el blues influenciado por Freddy King, Albert King y los viejos bluesmen de Chicago, a la hora de componer siempre trato de buscar mi propio sonido. Me gusta la música latina, el rock, la música psicodélica, el funk, con la mezcla de todo al final generas tus propio sonidos.

¿Podría pensarse que el blues tiene cada vez menos valedores y banda nuevas?

Yo creo que no, es un estilo que la gente siempre va a seguir, es clásico. Quizás los jóvenes no lo consumen como el rap, ahora, u otros sonidos, pero pienso que va a estar siempre ahí. Todo tiene altos y bajos, pero creo francamente que hay música extraordinaria que va a ser eterna y hay otra, la de consumo, que es un horror, pese a que la gente la oiga o esté de moda, no tiene un peso específico. Cualquier tema de los Beatles, alguno de los Rolling o de Led Zeppelin, va a ser eterno.