El diestro Juan José Padilla despertó ayer la locura en la plaza de toros de La Malagueta. La afición se volcó con el Ciclón de Jerez, que protagonizaba una clase práctica magistral organizada por la Escuela Taurina de la Diputación Provincial de Málaga.

Ya un día antes, el pasado lunes, se inauguraba el IV Certamen Doctor Juan Pedro de Luna con un homenaje a este diestro en el transcurso de una jornada de puertas abiertas del coso. La asistencia de unas 500 personas a la presentación del documental Padilla, el cielo puede esperar, producido por Antonio Moreno y Antonio Ruiz, ya desbordó todas las expectativas de público. Pero lo de ayer lo volvió a superar.

Dos horas antes del inicio del festejo, ya se concentraban centenares de personas a las puertas de la plaza de toros, a la espera de su apertura para conseguir una de las localidades de privilegio. Así, a las 18.00 horas, cuando estaba previsto el inicio del espectáculo, los tendidos presentaban una gran entrada, cercana a los tres cuartos. Una vez más, tal y como sucede cada año durante el Certamen Internacional de Escuelas Taurinas que sirve de prólogo a la Feria, quedó demostrado que los malagueños tienen ganas de disfrutar de la fiesta taurina, y que estas clases gratuitas de la escuela suponen una oportunidad para acercarse a ella ahora que los bolsillos no están muy boyantes. Además, en un paso más para acercar los toros a todos, e incluso osando a transgredir algunos de los cánones más arraigados de este mundo taurino, desde la Escuela Taurina de la Diputación se proponían acciones novedosas como un gran mural al más puro estilo futbolero que cubrió el tendido 1 para dar la bienvenida al Pirata con un par de tibias y una calavera.

Pero aún había más. Y es que se quiso que la clase fuera provechosa tanto para los alumnos que torearon como para los aficionados, a los que se les fue narrando todo cuanto iba sucediendo en el ruedo gracias a la colaboración del periodista malagueño Juan Ramón Romero, director de Carrusel Taurino, de Canal Sur Radio.

Tras una clamorosa ovación que salía a saludar Padilla junto a sus pupilos de ayer, saltaba el primer eral de la tarde, muy bien presentado como todos los que saltaron al albero de La Malagueta de la ganadería de El Torero. El primero en tener que afrontar la lidia fue el novillero con picadores Luis Rivera. La escuela malagueña ha querido ser pionera en incluir a algunos de sus ex alumnos en este tipo de clases prácticas; ofreciéndoles una importante oportunidad ahora que se encuentran en un escalafón muy complicado por la falta de novilladas. El malagueño, que estará en la Feri, volvió a ratificar sus condiciones ante un animal que, según definió Padilla, «humillaba, tenía entrega pero le faltaba recorrido». Poco a poco fue «exprimiéndole sus virtudes» en una faena no rematada con los aceros.

Atento

Llegaba el turno de los más noveles, y Juan José Padilla estuvo muy atento a las actuaciones de cada uno de ellos, aconsejándoles siempre que lo consideró necesario y aportando su amplia experiencia después de haberse enfrentado durante años a las ganaderías más duras de la cabaña brava.

Una oreja paseó el pundonoroso almeriense José Cabrera con un novillo que planteó «más dificultades para el torero», al igual que el cordobés Romero Campos, en una actuación muy templada. «El novillo ha sido excepcional y el novillero lo ha entendido a la perfección», sentenció el maestro. José Hilario, de la Escuela Taurina de Jerez, estuvo desacertado con el estoque después de haber mostrado su «disposición y capacidad para entender al novillo más rajado»; mientras que el local José Antonio Lavado tampoco pudo rubricar una actuación muy entregada en la que consiguió levantar al público de sus asientos. Pese a pinchar en repetidas ocasiones, se le solicitó una oreja que, con buen criterio, no se concedió desde el palco. Pese a ser una clase práctica, La Malagueta es una plaza de primera, y es el público el primero que debe defender su categoría. Vuelta al ruedo.

«La lidia del último novillo de la tarde corresponderá al gran matador de toros Juan José Padilla», anunciaba Juan Ramón Romero ante el clamor del público. Era el momento para cerrar la lección magistral, el instante esperado por todos. Y Padilla no defraudó, variado tanto con el capote como con banderillas, al tomar la franela ya se presumía que iba a haber lío. Totalmente entregado a la causa de la promoción de la Fiesta, el espada se mostró muy relajado (cuando el viento no le molestó) en una faena campera en la que dejó constancia de su oficio y poderío. Las tandas de rodillas y los desplantes finales terminaron por cautivar a una afición que le solicitó dos benévolas orejas tras un pinchazo y estocada. Al final, los alumnos de la Escuela lo cogieron en hombros y lo sacaron por la puerta grande.

Un programa que concluye hoy

Las actividades culturales del certamen concluyen hoy a partir de las 20.30 horas en el Colegio Oficial de Médicos, con la mesa redonda Los reglamentos taurinos y las enfermerías de las plazas de toros.

Controversias, en la que participan moderados por el Doctor Luis Méndez (profesor titular, traumatólogo y componente del equipo de La Malagueta), Juan Pedro de Luna (jefe del equipo quirúrgico de La Malagueta), Jesús Gálvez (jefe del equipo quirúrgico de la Plaza de toros de San Sebastián de los Reyes), Julio Mendoza (jefe del equipo quirúrgico de Jerez y el Puerto de Santa María) y Horacio Oliva (jefe de servicio de cirugía del Hospital de Antequera y cirujano del equipo de La Malagueta).