­Sin duda, el 2014 está siendo el año de María Victoria Atencia. La autora malagueña se convirtió ayer en la primera poeta española en hacerse con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, un galardón que ha merecido, según el jurado, por su «capacidad de convertir lo cotidiano en algo trascendente» y por «dotar al lenguaje de una precisión extraordinaria».

Estos dos aspectos de María Victoria Atencia (Málaga, 1931) eran algunos de los que destacaron los escritores Soledad Puértolas y Jaime Siles, miembros del jurado, tras hacerse público el fallo de este premio que está dotado con 42.100 euros (unos 58.400 dólares).Concedido conjuntamente por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, el Premio Reina Sofía está considerado el más importante de cuantos se conceden a este género en lengua española y portuguesa.

Miembro de la generación del cincuenta, Atencia se sumó ayer a la corta lista de mujeres que han merecido este galardón en las XXIII ediciones del mismo. Antes que ella lo ganaron la cubana Fina García Marruz (2011), la peruana Blanca Varela (2007) y la portuguesa Sophía de Mello (2003).

La ganadora se mostraba ayer «muy contenta» por un premio que reconoce el conjunto de su obra, por lo que, «por lo general, suelen ser poetas mayores los que lo ganan». También le «alegra» el hecho de que el ámbito del Premio Reina Sofía sea la poesía iberoamericana y portuguesa, así como el «prestigio» de los convocantes del galardón, Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, y de los miembros del jurado.

La poeta malagueña reconoce, además, que está siendo un «año muy completo» para ella, al haber sido también designada Autora del Año 2014 por el Centro Andaluz de las Letras, que con ese motivo presentó la semana pasada en el Centro Andaluz de las Letras una exposición y un catálogo sobre su vida y obra, así como la antología A este lado del paraíso. De hecho, la Feria del Libro de Málaga le ha dedicado dos mesas redondas.

María Ángeles Pérez López, profesora de Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca y miembro del jurado, subrayó la capacidad de Atencia de «dialogar con la tradición» y «la sensualidad íntima de gran profundidad» que hay en la obra de la poeta malagueña, en la que «el amor es una palabra central». «Es una de las poetas de mayor hondura en el tratamiento de los temas vinculados al mundo femenino, su voz es espléndida», asegura esta experta.

Quien también estaba «muy contenta» por el fallo del jurado era la novelista y académica Soledad Puértolas, que hace dos años presentó a Atencia como aspirante a un sillón de la Real Academia Española, pero su candidatura fue derrotada por la de Carme Riera. «Su poesía tiene esa capacidad de convertir lo cotidiano en algo trascendente, de cristalizar el presente y de llenarlo de luz, de hacer algo compartido de cada gesto o de pequeños pensamientos que se puedan tener».«Nos ilumina el interior y nos ilumina siempre con una especie de nostalgia de lo que hemos podido ser y de ese amor que a veces nos sostiene y que a veces no tanto, pero que se reivindica tal cual», añadía Puértolas, antes de asegurar que la voz poética de Atencia «es muy reconocible».

El poeta Jaime Siles, miembro también del jurado, cree que Atencia ha añadido a nuestra poesía «una voz muy singularizada, más religiosa que mística, que nos hace ver matices absolutamente insospechados. Nos renueva la visión de la realidad y, al mismo tiempo, dota al lenguaje de una precisión extraordinaria». Su obra, comentaba Siles, no es demasiado amplia, «pero sí muy concentrada y bella, con una palabra muy precisa, con un sentido trascendente capaz de elevar la cotidianeidad a su máxima intensidad posible».

Tras destacar «el rigor» de la obra de Atencia, Siles aludió también a «la sensibilidad femenina» de la misma: «Se nota que es poesía escrita por mujeres. Y dentro de su generación, la del cincuenta, Atencia es una de las grandes voces».