¿Qué va a encontrar el público en Patente de corso?

Un carrusel de emociones. Son los artículos periodísticos de Arturo Pérez-Reverte adaptados al teatro, con todas las reflexiones de su larga carrera como corresponsal de guerra y luego como escritor, a los que él llama «ajustes de cuentas semanales». Todo eso, pasado por el filtro de la comedia, del sentido común, de la honestidad y de la cruda realidad que él ha vivido da, como digo, un carrusel de emociones que no deja al público indiferente.

¿Qué tiene Pérez-Reverte para que decidan llevar sus textos al teatro?

Es un tipo con una educación abrumadora y un sentido común fuera de lo normal. Necesitábamos a un autor que estuviese vivo, con quien pudiésemos hablar y que tuviese un punto de vista muy parecido al discurso que veníamos haciendo con los cortos de MundoFicción desde 2007. A través de Twitter empezamos a tener relación y se declaró fan incondicional del trabajo de los compadres y de esos diálogos tan filosóficos y a la vez con tanto humor de una España que él retrata también de manera parecida en sus artículos.

¿Cree que nos iría mejor si hubiese más gente tan clara como él?

Evidentemente. Pero esas personas tienen que ser las que mueven los hilos de todo, del poder político, financiero y el poder social, para cambiar las cosas. Al fin y al cabo, un escritor lo que hace es mover un poco la conciencia pero difícilmente, y más en estos tiempos, los artistas pueden cambiar los ideales de la gente. Estamos ahí para intentarlo, para que la gente sea mejor persona y se abogue por el sentido común. Si hubiese más personas como Arturo en las altas esferas de poder estaríamos hablando de otra realidad en España y en el mundo.

En la obra retratan a dos hombres sin escrúpulos que mienten y estafan. Vamos, que esto no es ciencia ficción...

Desgraciadamente, hay más gente de este tipo que nunca. Lo triste es que es gente a la que nosotros le hemos confiado bien nuestro voto, bien nuestros ahorros o nuestra hipoteca o bien nuestra vida. Y cada vez que ponemos la televisión y vemos eso, se entiende que un personaje como el que yo interpreto quiera cambiar de vida, porque siempre ha sido honesto y ha hecho todo como hay que hacerlo en la vida, pero nada le sale bien y quiere tomar las riendas y convertirse en un tipo malhechor a toda costa y a cualquier precio.

Patente de corso es una crítica feroz. ¿Hay que tener cuidado con este registro o el humor se puede hacer sin miramientos?

Creo que el humor sin miramientos no sería un factor inteligente. El humor debe hacerse partiendo de la artesanía, del amor por las cosas, del sentido común y desde el respeto, que es nuestra forma de trabajar. El humor a toda costa, cutre, sin clase y faltón no nos interesa.

¿Cómo ve usted, que pertenece a una productora independiente, casos como el reciente fraude de taquilla de algunas compañías?

Lo veo cutre. Eso es lo que hemos estado pagando las productoras independientes durante muchísimos años, y eso son mafias organizadas. El mundo es nuestro la vieron 200.000 espectadores, que eso para una peli que no tuvo ningún tipo de ayuda, excepto una ayuda simbólica de la RTVA, hoy en día en España es una auténtica pasada. Me parece fantástico que la ley actúe y que vayan ocurriendo cosas que limpien el sector para que vaya teniendo cabida la gente honesta y con ganas de trabajar que viene detrás y así quitar ya a estos dinosaurios mangantes.

A raíz de esto hay quien dice que deberían dejar de darse subvenciones al cine.

En absoluto. Se tendrían que dar más, porque ridícula la cantidad de dinero que se aporta para subvenciones al cine. Habría que copiar modelos que funcionan, como el francés. El cine genera dinero, y si todos los sectores de la industria que generan PIB tienen subvenciones millonarias, el cine también, porque la cultura es necesaria. Ya vemos lo que ha pasado con Ocho apellidos vascos. Tú haces 57 millones de euros en taquilla y el dinero que eso genera alrededor de ese producto es incontable.

¿Sigue en pie el proyecto de El mundo es suyo?

Sí, pero los acontecimientos cinematográficos de los últimos años han hecho que la película que se quiera producir a gran escala sea la comedia blanca familiar, y El mundo el suyo es una comedia crítica, irreverente y un poco malvada por la situación actual del país, aunque tratada con respeto. Pero de momento no encontramos financiación porque parece ser que no interesa que se cuenten este tipo de historias hoy en día en España.

Sus compañeros Clara Lago y Dani Rovira han confesado que les molesta que la gente les pare por la calle. ¿A usted le molesta?

A mí no me molesta, aunque depende de cuánta gente te pare. La persona que te para no sabe que antes te han parado otros, y hay veces que tú vas con prisa, pero se intenta ser simpático y empático y explicarle a la gente lo que pasa. De todas formas mi situación no tiene nada que ver con la de Clara y Dani, que ahora mismo están en el star system. Lo que les ocurre a ellos en un día normal cuando van a comprar el pan no tiene nada que ver con lo que me ocurre a mí.

@Ashley_JG