El magnate chino Li Jinyuan traía la pasada semana a España a un grupo de sus 2.500 mejores empleados en un viaje de incentivos con unas cifras mareantes: 20 aviones transportaron a Madrid a sus trabajadores, 1.650 habitaciones de hotel ocupadas, 70 autobuses contratados y cuatro AVE han sido utilizados para su desplazamiento a Barcelona, ciudad en la que hoy pondrán el broche final a su estancia en nuestro país.

Dentro de un extenso programa de actos cuyo gasto total se ha estimado por encima de los 20 millones de euros, se incluía el pasado viernes un espectáculo taurino y ecuestre-flamenco realizado en la plaza de toros de la localidad madrileña de Moralzarzal.

El torero actuante fue el novillero fuengiroleño Juan Carlos Benítez, quien vivió en primera persona la curiosa experiencia de torear ante un público totalmente ajeno a lo que es la tradición taurina. «Lo hice con mucho gusto y fue un orgullo para mi mostrarles parte de nuestra cultura a 2.500 turistas», ha manifestado el joven diestro, que recientemente debutaba con picadores en la también localidad madrileña de Talamanca del Jarama.

Fue esa tarde del pasado 9 de abril, tras cortar cuatro orejas y un rabo, cuando surgió la posibilidad de participar en esta experiencia organizada por el empresario Mamerto López, quien lleva trabajando cinco años con tour operadores internacionales. «Decidimos contratarlo para esta ocasión ya que es un torero muy capaz y con grandes cualidades», señaló el promotor de este festejo, definido como tentadero público a pesar de lucir el novillero el traje de luces».

«En ningún momento se expuso la posibilidad de realizar una novillada, ni corrida de toros sin sangre como lo definen algunos medios faltos de conocimientos e información», ha expresado López, para quien lo más importante es «enseñar el mundo taurino y artístico a personas de todas las nacionalidades, culturas y religiones».

Según Juan Carlos Benítez, quien ha recibido algunas críticas por participar en esta exhibición, «le guardo mucho respeto a esta profesión y lo ocurrido en Moralzarzal engrandece la fiesta, porque muchas de las personas que asistieron no conocían nuestra cultura y pudieron asistir entre sus muchas actividades, a un tentadero organizado por y para ellos». En este sentido, insiste en que «no fue una corrida de toros, y se llevó a cabo en la plaza de toros de Moralzarzal por sus dimensiones y la capacidad de espacio que posee».

El novillero de Fuengirola, tras su paso por la Escuela Taurina de la Diputación Provincial de Málaga, está viviendo en este 2016 una temporada muy importante al dar el paso a torear con picadores. Para ello cuenta con la colaboración de un apoderado experimentado como es el taurino sevillano José Luis Cazalla, quien ya le organizó el debut en Talamanca del Jarama y un festival posterior en El Ejido (Almería), del que también resultó triunfador. «Es un largo camino y tengo muchas ganas de aprender, y mucha ilusión de cumplir algún día el sueño de ser matador de toros», ha expresado Benítez, quien sueña con realizar en la próxima Feria de Málaga su presentación en La Malagueta como novillero con caballos.