Llegan nuevos tiempos para la política. Las elecciones municipales del 24M han supuesto un serio aviso de que las mayorías absolutas no son la única salida para gobernar en los ayuntamientos. Aunque el bipartidismo ha salido tocado de las urnas, el panorama no será muy distinto al de hace cuatro años en la provincia pese a la entrada de los emergentes. PSOE y PP se reparten seis de cada diez votos de la provincia (el porcentaje ha caído diez puntos) y a falta de saber cómo se componen los ayuntamientos con mayoría simple, socialistas y populares suman 81 de las 103 alcaldías malagueñas.

El PP, que se mantiene como la fuerza más votada de la provincia, ha tomado nota de la necesidad de pactos y acuerdos puntuales. Los populares son los que más tienen que perder en este nuevo escenario de mayorías simples y no han tardado en asumir que van a tener que sentarse a hablar si quieren mantener todos sus feudos en la provincia. El presidente provincial, Elías Bendodo, lo dijo claro ayer: «La sociedad ha cambiado y los partidos debemos cambiar también. Por ese motivo invito a todos los partidos a aparcar diferencias y sumar voluntades». Bendodo aspira a que los suyos gobiernen en 44 municipios, en muchos de ellos merced a pactos de gobierno. Los populares han ganado 23 alcaldías con mayoría absoluta y 16 con simple y a estas 39 quieren sumar al menos otras cinco con acuerdos. También aspiran a seguir en la Diputación, que, según los cálculos no oficiales, habrían ganado en minoría con 15 de los 31 diputados a elegir, y al gobierno de las mancomunidades costeras. El PP se ha dejado en esta cita electoral más de 76.000 votos por el camino y cincuenta ediles, pero es el que mejor ha resistido el empuje de las nuevas formaciones en Andalucía. Aunque a costa de las mayorías más significativas. Algunas serán difíciles de mantener, en otras dependerá del concurso de Ciudadanos. Es el caso de la capital, donde el alcalde ya ha invitado a Juan Cassá a mantener un encuentro. Francisco de la Torre, con seis ediles menos, necesita el apoyo del partido de Albert Rivera si quiere seguir gobernando y Cassá ya aseguró ayer que le importan «mucho más» los malagueños que las siglas de su formación, aunque siempre teniendo en cuenta las directrices nacionales. Ciudadanos insiste en que no entrará en los gobiernos, pero su apoyo para la investidura es vital para De la Torre, al igual que para Bendodo en la Diputación, que también necesitaría a los dos diputados que en principio obtendría Ciudadanos en la provincia. Fundamental también es el apoyo de Ciudadanos para que el PP mantenga las alcaldías de Rincón, Mijas o Nerja.

Los populares han sumado siete alcaldías, pero su hegemonía en la Costa ha dado síntomas de cansancio y en el interior sus votos se han reajustado, salvo en casos como Coín, Alhaurín de la Torre o Antequera, que han revalidado sus mayorías absolutas.

Los socialistas, por su parte, saben que tienen harto difícil alcanzar la alcaldía de la capital y la Diputación y en cuatro años se han quedado con ocho alcaldías menos, si bien han logrado aumentar su cómputo de votos en 3.922 respecto a 2011. Ello ha significado ganar 21 concejales más y reforzar su liderazgo en localidades como Cártama o Álora, además de en la Serranía de Ronda y en la zona norte y el interior de la Axarquía, aunque estos municipios son menores en población. Los pactos, además, pueden abrir la puerta a que los socialistas logren alcaldías que se le han resistido históricamente como Torremolinos y otras como Marbella, donde la posibilidad de que los partidos con ediles pacten con Ángeles Muñoz es complicada.

Arenas, Algarrobo o Archidona, pendientes de un posible fallo en el recuento, pueden ser otras de las alcaldías que acaben en manos del PSOE, que sin embargo, pese a ser el más votado, tiene riesgos en Cuevas del Becerro, Frigiliana o Manilva. El Ayuntamiento de Alhaurín el Grande es otro de los que está abierto a que haya un acuerdo de fuerzas para desbancar a la lista más votada, que ha sido la de Martín Serón, que se ha quedado a uno de la mayoría absoluta, esta vez bajo las siglas de Por Alhaurín.

Izquierda Unida, por su lado, ha conseguido mantener su fuerza en aquellos municipios de la provincia que ya le eran fieles y sólo pierde una de las 14 alcaldías que logró hace cuatro años. La coalición de izquierdas, que tendría uno o dos representantes en la Diputación Provincial, se ha beneficiado de que Podemos no haya presentado listas afines en la mayoría de la provincia y en aquellos territorios del interior de tradicional voto rojo, pero más importante para ellos ha sido el tirón que siguen manteniendo sus alcaldes en localidades como Villanueva de Tapia o Casares. IU no obstante necesitará pactos o gobiernos en minoría en Istán o Almargen, Cuevas de San Marcos o Humilladero, mientras que logra mayorías suficientes en Casabermeja, Monda o Sedella, donde el PSOE, hasta ahora en la alcaldía, no ha sacado ni un solo representante. «Seguimos vivos, y si lo estamos, es por la fuerza de la militancia, que contra viento y marea ha hecho una campaña excepcional», destacaron ayer el coordinador provincial, José Antonio Castro, y la responsable de la campaña electoral, Toni Morilla.

IU logra mantenerse como tercera fuerza de la provincia, a distancia de Ciudadanos que con 32 concejales suma 44.695 votos en la provincia. Los de Rivera, que eligieron principalmente localidades del área metropolitana de la capital y de la Costa para presentar listas, tienen en Mijas la localidad donde más ediles han obtenido, cinco, determinantes para decidir la balanza, y tendrán representación en catorce municipios de la provincia, siendo llave posible de gobierno también en Alcaucín, Rincón, Vélez o Torremolinos.

Son treinta los municipios de la provincia que estarán pendientes de pacto para poder formar gobierno municipal tras el 24 M. Siete han sido ganados por el PSOE, 16 por el PP, cuatro por IU y otros tres por grupos independientes (Cortes de la Frontera, Alpandeire y Alhaurín el Grande).