Entrando en escena flanqueado por los suyos. Haciendo de las inmediaciones del Ayuntamiento la liturgia del sendero que lleva al conteniente al cuadrilátero. De esta manera, envuelto en una nube de micrófonos y ante la atenta mirada de numerosas cámaras, el líder de Ciudadanos, Juan Cassá, desfiló ayer ante los medios de comunicación, con La Casona a sus espaldas, para romper el silencio en el que se había sumido en los últimos días. Como pasa muchas veces ante las grandes citas, las expectativas previas superan con creces el resultado final y las dudas sobre la futura gobernabilidad del Ayuntamiento de Málaga siguen tan vigentes como antes de su multitudinaria comparecencia de ayer, que se convirtió en un visto y no visto.

En una rueda de prensa exprés, que apenas llegó a los cinco minutos, limitación de preguntas incluida, Cassá dejó claro que los grandes momentos políticos que espera tener en Málaga no pasan, de momento, por convertirse en el próximo alcalde de la capital. «Yo no voy a ser alcalde, mi prioridad es Málaga», matizó y añadió que el deseo de hacerse con la alcaldía más importante de la Costa del Sol no pasa de ser una mera ilusión que estaría lejos de ser una prioridad.

Despejada la duda sobre sus aspiraciones personales, bajo la necesidad de responder al papel de Ciudadanos como llave para la constitución del futuro gobierno en el Ayuntamiento, Cassá subrayó que todavía no ha llegado a un acuerdo con ninguna de las fuerzas políticas involucradas. En este punto, hizo referencia a la obligatoriedad de firmar el decálogo de regeneración democrática de Ciudadanos como condición previa para poder sentarse en la mesa de las confabulaciones. «Los requisitos para que cualquier partido se pueda sentar a negociar con Ciudadanos se los he hecho llegar a todas las formaciones políticas. Hasta el momento, sólo hemos recibido un acuse de recibo por parte de Málaga Ahora. Una vez que los diferentes partidos políticos firmen estas condiciones, empezarán las negociaciones de una manera formal», dijo el líder de la formación naranja, afirmando que «Ciudadanos no siembra la discordia o cualquier tipo de situación que genere inestabilidad».

Preguntado por si ya había podido hablar con el alcalde en funciones, Francisco de la Torre, Cassá remitió a la misma noche electoral y citó su llamada formal para trasladarle su enhorabuena por encabezar la lista más votada, como único intercambio mantenido hasta el momento. «Yo el domingo llamé al alcalde para felicitarle por ser la fuerza más votada y le dije que iba a ser responsable, que iba a apoyar todas las buenas propuestas para el malagueño», explicó Cassá, que añadió que hasta que el alcalde no le devuelva el documento firmado no volverá a hablar con el candidato del Partido Popular.

Poniendo en el eje de su intervención el «interés general de los malagueños y las malagueñas», el líder de la formación de Albert Rivera en Málaga pronunció un discurso en consonancia con sus mensajes habituales.

Haciendo valer su supuesta independencia a la hora de negociar, afirmó que sus principios están por encima de las siglas y que su idea pasa por ponerse a hablar con todas las formaciones que hayan obtenido representación en el Ayuntamiento.

Aplaudido por un puñado de simpatizantes y respaldado por los integrantes de su lista con acta de concejal, Gonzalo Sinchar y Alejandro Caraballo, Cassá se quiso mostrar cristalino y aseguró que hará partícipe a la opinión pública de todos los pasos en las negociaciones. «En el momento en el que el resto de las fuerzas firmen nuestras condiciones, les haré partícipes y por supuesto que hablaré con el alcalde y con el resto de formaciones», apuntó.

Ciudadanos, con serias aspiraciones de ser determinante en la futura composición del gobierno municipal, ha entrado ahora en una suerte de reseteo para planear sus siguientes pasos con calma y hacer valer su estrategia, que persigue la defensa prioritaria del partido a nivel nacional sin crear inquietudes en el seno interno que puedan dañar la imagen de la marca. En lo que se extrae de las declaraciones de Cassá, las futuras decisiones que tome Ciudadanos en Málaga siempre estarán consensuadas con el Comité Nacional del partido con sede en la capital de Cataluña. De esta manera se explica el silencio adoptado por Cassá, que llegó a suspender una rueda de prensa prevista para el martes, a falta de conocer con detalle el discurso nacional en torno al que alinearse. Preguntado por la intención de su partido de influir en las estructuras internas que compromete a otros partidos, Cassá se limitó a presentarse como un mero brazo prolongado en este tipo de decisiones. «Ciudadanos nos ha trasladado este documento y es la condición indispensable para sentarnos a hablar de una manera formal».

Así, sin descartar futuros acuerdos con ninguna fuerza política, el futuro inmediato del Ayuntamiento de Málaga sigue en el aire hasta que la formación de Juan Cassá empiece a definirse.