El cantante asturiano Víctor Manuel visita mañana sábado el Teatro Cervantes (21.00 horas) con el espectáculo ´Vivir para cantarlo´, una recopilación de canciones que resumen sus cuarenta años dedicado a lo "único" que sabe hacer: "escribir canciones y cantarlas". Sobre el escenario, el creador de ´Sólo pienso en ti´ muestra al público su cara más íntima y personal.

–Regresa a Málaga con un espectáculo peculiar, en el que explica la labor del compositor...

–Es un espectáculo que con toda seguridad el público no ha visto antes. Y esto es lo que más feliz me hace: haber encontrado otro ´juguete´ para poder subirme a un escenario. El mismo subtítulo, ´biografía de las canciones´, lo dice todo. Explico cómo se escriben las canciones y qué estado de ánimo pudo tener uno en el momento en el que las compuso. Trato de explicar las canciones porque creo que dentro de nada los chavales van a creer que las canciones nacen dentro de un mp3. Por eso explico que los temas nacen de partos dolorosos, a veces, y de partos felices, pero que cuesta mucho trabajo escribirlas. Y sólo muestro un 5% de las que tengo.

–¿Cree que en la adversidad se escriben mejores canciones?

–Depende de la adversidad. En este montaje no he metido canciones de aquellas críticas que uno hacía en los días de Franco, porque creo que habría que ofrecerlas a la gente con un manual de interpretación para que descubriese lo que se dice entre líneas, y no creo que tuviera mucha gracia. He sacado un par de ellas que se entienden con facilidad. Yo empecé a disfrutar de nuevo cuando volví a componer en los años 78 y 79. Es mejor componer en esas circunstancias que con la bota encima.

–Siempre se ha dicho que la tristeza es mejor compañera que la alegría...

–La tristeza da buenas canciones, más que la alegría. El optimismo te puede dar una buena canción, pero en general son a partir de la tristeza. Las circustancias personales también dan buenos temas.

–¿Qué le parece toda la polémica que se ha creado en torno a las descargas ilegales?

–Estoy convencido de que el gran problema que tiene el Gobierno español no es con los internautas sino con el gobierno norteamericano. España está apercibida de sanción como un país con un grado de piratería extrema. El Gobierno se comprometió a solucionarlo y algo tendrán que hacer si no quieren exponerse a gravísimas sanciones.

–¿Pero cómo le afecta como creador?

–Esto afecta a todo el mundo. A mí menos porque yo estoy de vuelta. Pero es un problema para la gente más joven. Lo que no saben los que se descargan música gratuitamente es que lo que están haciendo es matar a sus artistas. A mí no me toca un pelo, pero a los artistas suyos sí. La gente ya sabe que de esto no se vive sino que la música es algo para los fines de semana y que de lunes a viernes hay que trabajar en un banco o dónde sea. La precariedad entre los jóvenes músicos es extrema. Ya han interiorizado que de la música no se puede vivir, y eso es muy jodido. Hay toda una generación perdida en este sentido.

–Internet, por otro lado, ofrece una importantísima difusión a los músicos...

–Pero es una difusión de la que tu no puedes vivir. Ni siquiera puedes tocar ya en los sitios. La experiencia que yo tengo con gente joven cercana que está haciendo música es que tienen que pagar por tocar. Todo esto es una falacia. Por un lado estás siendo ´agasajado´ con 200 descargas en Youtube pero después te comes un colín. Si fuésemos otro tipo de gente en el mundo de la música, estaríamos cortando las calles y quemando ruedas.

–¿No cree que las instituciones nunca han apoyado la música lo suficiente, con la salvedad de la clásica?

–La música clásica ha vivido sola. Ha sido autosuficiente. Pero vamos, ya me gustaría a mí que para la música moderna hubiese el cero coma cero por ciento de las ayudas que tiene la música clásica. No sé si la gente que va a ver clásica u ópera piensa que lo que paga por la entrada es lo que vale eso. Igual lo piensan, pero que sepan que no es así: una buena parte lo paga el Estado, el ayuntamiento o la diputación de turno.

–¿Ha muerto la canción protesta o ya no queda nada por lo que la gente quiera protestar?

–Antes, la canción protesta era mucho más directa. Había unos objetivos muy marcados y muy claros. Ahora son mucho más difusos. Aunque creo que sigue habiendo gente que sigue viendo lo que pasa y metiéndolo en canciones. Pero lo que pasa es que raramente se escuchará una canción de ese tipo en la radio, como sí ocurría hace 35 años. No salen en la radio ni en la televisión y parecen que están desaparecidos. Pero yo creo que no. Hay muchos buenísimos, como Quique González, Gastelo o Pedro Guerra... Yo mismo he escrito más canciones reivindicativas en los tres últimos discos que en los veinte anteriores. Hablo de lo que está a mi alrededor y lo meto ahí. Lo que pasa que son canciones que no suenan, que no se escuchan en la radio.

–¿De qué canciones no puede escapar cuando se sube al escenario?

–Si no canto ´Sólo pienso en ti´, ´Asturias´ o ´El abuelo Víctor´, la gente las echaría de menos con toda seguridad.