El realizador Carlos Saura inauguró ayer la decimotercera edición del Festival de Málaga Cine Español con el largometraje ´Io, Don Giovanni´, una coproducción hispano-italiana que se introduce en la creación de la popular ópera de Mozart a través de su letrista, Lorenzo Da Ponte, quien tomó como fuente de inspiración al Don Juan de Tirso de Molina para el libreto de la pieza lírica. El cineasta, que confiesa que quizá en el futuro dirija un montaje operístico de ´Don Giovanni´, asegura que en cada uno de nosotros hay algo de Don Juan.

–Resulta curioso: un filme en italiano y alemán inaugurando un festival dedicado al cine español...

–¿Y por qué no? ¡Es cine español! Estamos muy mal acostumbrados al doblaje, algo que está matando al cine español desde hace muchísimos años. Vemos las películas americanas como si fueran españolas, algo que siempre me ha parecido horrible.

–Su película, que ya se ha visto en numerosos países, está teniendo problemas para encontrar distribución en España. ¿Le molesta que le quieran más fuera que dentro de su país?

–Sería muy injusto si dijera eso. Es verdad que yo he podido hacer cine por mi proyección fuera, sobre todo al comienzo de mi carrera. Tuve reconocimientos internacionales que me permitieron una libertad que no tenía en España. Pero también ha habido películas mías que han ido de maravilla aquí.

–En este filme revela los procesos de creación de una ópera. ¿No se ha sentido nunca tentado de hacer lo mismo sobre el mundo del cine?

–Me interesa más el teatro dentro del cine que el cine en sí mismo. Creo que los trucos del cine son más fáciles. En esta película, lo que más me interesaba, incluso más que Lorenzo Da Ponte, era mostrar cómo se construye una ópera. No hay nada más artificioso que una ópera. Tiene un lenguaje muy curioso.

–¿Cree fundamental enfrentarse al mito de Don Juan con una cierta edad para saber lo que siente el personaje hacia las mujeres?

–A cualquier persona, ya sea joven o mayor, si le gustan las mujeres, le gustan las mujeres. En cada uno de nosotros hay algo de Don Juan. La fascinación por el sexo contrario no es patrimonio de la edad. Yo, por lo menos, desde que tenía seis años, ya me había enamorado de una chica, pero nunca he sido un Don Juan. Y aunque he tenido hijos con varias mujeres, nunca he sido muy promiscuo.

–¿Cree que su carrera habría sido diferente si en sus comienzos hubiera contado con una plataforma como la del Festival de Málaga?

–No lo creo. Cuando yo empezaba, la única película que había fuera de ruta era ´Los golfos´. Todo lo demás era un cine muy convencional, a veces muy bien hecho, pero muy vacío de contenido y muy frívolo. De hecho, nosotros reaccionamos contra eso en la escuela de cine. Nuestra labor era, precisamente, tratar de cambiar esos tratamientos de la familia, la iglesia, el ejército.., y mostrar que España no era eso. Pero, fíjese, yo doy las gracias a Cannes, a Berlín y a los festivales porque me han ayudado mucho, pero no creo mucho en ellos. Ni en los premios. Si te los dan, bienvenidos sean. Pero si no, no pasa nada.

–¿Qué opina de la polémica de las descargas ilegales de películas y de la ´ley Sinde´?

–No estoy muy al tanto de esos temas. Lo único en lo que estoy siempre atento es la tecnología, que ha permitido que hoy día cualquier persona puede hacer una película con muy poco dinero, algo que antes era impensable.