Una batalla perdida. La cadena de hipermercados Carrefour fue pionera hace un año en España –en noviembre de 2009 en Andalucía– en eliminar de sus establecimientos las tradicionales bolsas de plástico que los clientes utilizan para llevar la compra a casa bajo la excusa de la mejora ambiental y las sustituía por otras biodegradables por las que había que pagar cinco o diez céntimos, según su tamaño, y a las que se añadían otras de algodón o de nylon bastante más caras.

La cadena de grandes superficies ha tenido que dar marcha atrás por la presión de los clientes y ha reducido el precio de las bolsas de la compra biodegradables de diez céntimos de euro a un céntimo, aunque en muchos establecimientos –aquellos que están próximos a otros supermercados de la competencia– las ofrece de forma gratuita.

No obstante, el grupo francés sostiene que la iniciativa ha sido un "éxito total", dado que el 96% de sus clientes ya utiliza de forma habitual bolsas reutilizables, y un 1,7%, carritos de compra tradicionales.

Las bolsas reutilizables mantienen sus precios, en torno a los 0,60 euros las de nailon, alrededor de 1,7 euros las de algodón y unos 0,50 céntimos las de rafia.

La iniciativa de Carrefour no fue seguida en aquel entonces por ningún competidor, y causó las quejas de muchos clientes, dada además la escasa resistencia de las bolsas biodegradables. Sin embargo, Eroski comenzó a cobrar el pasado marzo las bolsas de la compra en sus establecimientos, una medida que está aplicando en su red de forma progresiva y que estará en marcha en todos sus centros antes de que finalice este mes de mayo, según fuentes de la compañía.

En concreto, los clientes sólo dispondrán de bolsas previo pago de dos céntimos de euro por las desechables de un sólo uso y cinco céntimos por las de 15 usos (más reforzadas). Para las bolsas reutilizables de rafia (50 usos), Eroski cobra 50 céntimos de forma inicial y, cuando se rompe o se estropea, entrega una nueva.

La compañía destacó que desde el pasado septiembre ha descontado un millón de euros a su clientela por no utilizar bolsas de plástico a través de la medida que puso en marcha para bonificar al cliente con un céntimo de euro por cada bolsa no empleada.

Esta medida, según el grupo, ha supuesto un ahorro de más de 100 millones de bolsas y ha evitado la emisión a la atmósfera de casi 450 toneladas de CO2.

La cadena recuerda que la primera acción para promocionar el uso de bolsas reutilizables data de 1991. El año pasado, Eroski generalizó las prácticas de abono a los clientes por el no uso, "consiguiendo un incremento notable de la reutilización".

El pasado mes de marzo, Eroski añadió a esta medida la extensión progresiva del cobro de las bolsas, por lo que el 90% de los clientes ya ha modificado sus hábitos y no demanda bolsas a la salida de caja, concluye la cadena.