Si el rascacielos al pie del monte Gibralfaro es una señal a los turistas de que entran en una ciudad "urbanísticamente bravía", la situación de las dos viviendas de la calle Vendeja, una de ellas haciendo esquina con la plaza de la Marina, es un signo inequívoco de congestión administrativa.

Los cruceristas que se adentran en la ciudad desde el Puerto y que traspasan la simbólica ´puerta de entrada´ del monumento a la bandera de Europa, delante de la plaza de la Marina, se trasladan directamente a los Cárpatos, a la vista de estas dos viviendas desvencijadas. Las casas se encuentran en un lugar inmejorable pero parecen sacudidas por un ciclón tropical.

La primera de ellas, el número 2 de la calle Vendeja, del siglo XIX, lució durante años un gran anuncio de la Cueva de Nerja ´Maravilla Natural´. Se encuentra rodeada por una estructura de hierro que sujeta las cuatro paredes de este bloque imponente, que podría ofrecer un bellísimo aspecto, escoltado por las jacarandas cercanas a la plaza de la Marina y por los jardines de Alfonso Canales (los de la chorisia insignis o ´barrilito´).

La vivienda de al lado, la número 4 de calle Vendeja, también da a Trinidad Grund. En este inmueble, cubierto por una malla, se encontraba el ´Bazar del Puerto´, y todavía se conserva el cartel con letras chinescas, a lo Manolita Chen.

Esta casa de tres plantas, de finales del XVIII tiene unos preciosos ´balcones preñados´, y en una de las rejas asoma una silla de anea, modelo años cuarenta y al lado un cactus de fuerza poderosa, que parece estirarse para escapar de tanta dejadez.

Por la parte que da a Trinidad Grund se adivinan techos blancos pero cuarteados y un deprimido tiesto vacío de plantas.

Por las noticias de los últimos siete años, existe un proyecto para transformar estas dos viviendas en un hotel de cinco estrellas. El sitio es perfecto, las casas se salvarían del abandono y Málaga contaría, por fin, con un hotel de cinco estrellas (hasta la fecha, ninguno hecho realidad).

Al parecer, existe un serio desencuentro entre el proyecto hotelero y el grado de protección arquitectónica de las viviendas.

Sería de agradecer, para la imagen de la ciudad, que todas las partes implicadas, incluidas la Junta y el Ayuntamiento, buscaran una salida a esta inaceptable situación que no hace sino degradarse día a día.

Libertad

Y pasando a otro asunto, en un solar sin vallar de la calle Practicante Fernández Alcolea, junto al conservatorio de música Eduardo Ocón, ha aparecido una pintada escoltada por la hoz y el martillo que proclama: "¡El Palo libre!" Cantonalismos reaccionarios aparte, abría que añadir que El Palo necesita estar "libre...de pintadas".

Biología oriental

Ayer, en la Feria del Marisco Gallego, que se celebra hasta mañana en la plaza de la Merced, una pareja de turistas japoneses fotografiaba todo bicho viviente (o en su caldo). Después de observarles inmortalizando cigalas, pulpos y bogavantes, surgió la duda: ¿eran turistas o seguidores de Rodríguez de la Fuente? Cuando regresen a Japón, en el álbum del viaje habrá diez centollos por cada rincón típico de Andalucía.

Gesto municipal

El hospital Noble ha quedado libre de los horrendos cables que abrazaban la fachada. Felicidades.