La prolija población de jabalíes que pulula a sus anchas por el parque de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, en plena Axarquía malagueña, ha llevado a la Delegación de Medio Ambiente de la Junta a ampliar a un centenar el número de permisos para abatir a estos animales a lo largo de la presente temporada, así como a plantearse la necesidad de organizar una batida que reduzca el número de ejemplares de esta autóctona pero destructiva cabaña.

La medida se ha tomado a raíz de las numerosas quejas de los agricultores de las zonas limítrofes, en municipios como Cómpeta, Sedella, Canillas de Albaida, Salares, Canillas de Aceituno, que vienen quejándose desde hace meses de los continuos destrozos ocasionados por los voraces jabalíes. Y es que estos animales, actualmente sin depredadores naturales en el monte malagueño, son capaces de romper alambradas, engullir producciones enteras de uva, mangos, aguacates o cereal, mordisquear la madera de los árboles y, encima, dejar los terrenos llenos de agujeros con sus poderosas pezuñas.

"El jabalí es un omnívoro que se lo come todo. Baja del monte cuando está hambriento, se mete en las explotaciones, y tiene desesperados a los agricultores y ganaderos, que no paran de arreglar desperfectos y registrar pérdidas de producción", comenta el técnico medioambiental del colectivo agrario de Asaja Málaga, Francisco Cordón. Su voracidad es tal que se han llegado a comer borregos pequeños de algunas ganaderías.

El problema de los jabalíes, además, traspasa los límites de la Axarquía y se da ya en casi todas las comarcas, ya que el jabalí ha presentado de siempre una gran movilidad que le lleva a recorrer distancias diarias de hasta 60 kilómetros. Las ´jaulas trampa´ colocadas desde hace tiempo en zonas como la comarca de Antequera, Valle del Genal o Sierra de las Nieves se han revelado efectivas pero insuficientes, y los agricultores aseguran que se han llegado a ver manadas de hasta 12 ejemplares asaltando al unísono las explotaciones y dejándolas arrasadas en una sola noche.

Roturas. El técnico de Asaja en la Axarquía, Benjamín Faulí, destaca la preferencia de los jabalíes por las frescas uvas moscatel y los brotes de olivo y añade que, para desesperación de los agricultores, estos animales han aprendido a romper tuberías de goteo con las pezuñas para beber agua. "Algo hay que hacer, porque para muchos supone una verdadera ruina", afirma.

Lo más curioso es que hay otras especies que también presentan una sobrepoblación en la provincia y que están dañando los cultivos. Es el caso de los ciervos, que en manadas de hasta 20 ejemplares también están causando muchos daños en el cereal y el olivar de la comarca de Antequera. También de los conejos y las liebres que incluso se suben a los árboles para comerse los brotes de olivos y socavan los terrenos por los que discurre el AVE. Un solo conejo puede dañar en un día 1.000 metros cuadrados de cultivo.

Ante tamaña proliferación, Asaja pide a Medio Ambiente que amplíe los cupos de caza para reducir de forma natural estas poblaciones, eliminando a los ejemplares más viejos o a los que presentan defectos físicos.