Una nueva muerte violenta sacudió ayer la Costa del Sol. Sobre la una de la tarde, Juan Velasco,de 55 años, propietario de la cafetería Hermanos Velasco, situada en la calle Salvador Allende de Torremolinos, moría tras recibir un disparo presuntamente efectuado por un vecino del barrio, A. T. R., de 60 años.

El suceso conmocionó a los vecinos del barrio de La Carihuela que cada día acudían al bar y conocían a ambos. Se trata de la tercera muerte violenta en las últimas semanas en la Costa del Sol, tras la muerte a tiros de un joven, el fin de semana pasado en Mijas, y el asesinato de un británico en la calle Abedules de Benalmádena.

Según varios clientes del bar, la muerte de ayer habría comenzado por una discusión del propio Juan con A. T. al que pidió que dejara de molestar a una joven que se encontraba en el local. El agresor, enfadado por la reprimenda, salió del bar. Lo que nadie se podía imaginar era que 20 minutos después, hacia la una de la tarde, A. T. volviera con un revolver y disparase a quemarropa un tiro a Juan en el cuello, que le atravesó la cabeza.

El disparo, según Mary Samuel, clienta que presenció los hechos, hizo que las siete personas que se encontraban en el bar salieran despavoridas del local. «Sólo se quedó la cocinera que vio como Juan se desplomó tras la barra», explicó la mujer. Wilson Bennett, cliente conocido de Juan, explicó a este diario que acudió al bar nada más oír el disparo. «Estuve 15 minutos intentando reanimarle y practicándole primeros auxilios», dijo el hombre, que detalló que otros vecinos llamaron al 112 y a la Policía Nacional desde el locutorio de al lado.

Pero salvar la vida de Juan fue imposible y, según Bennett, los servicios de emergencias del 061 comprobaron que había fallecido prácticamente tras recibir el disparo, siendo trasladado a Málaga hacia las dos y cuarto de la tarde para practicarle la autopsia.

Agentes de la policía científica se desplazaron hasta el bar para analizar el escenario del crimen mientras que agentes de los Grupo Operativos Especiales de Seguridad (Goes) se desplegaron por la zona para capturar al agresor. De este modo, sobre las tres de la tarde más de 20 agentes acordonaron la zona y acudieron al domicilio del presunto agresor, en la calle Salvador Allende, tras conseguir la orden judicial para entrar.

Sin embargo, A. T. no estaba allí por lo que se activó entonces un dispositivo más amplio de búsqueda y captura del agresor por toda la localidad.

Tras diversas gestiones realizadas y numerosas inspecciones de rastreo, a última hora de la tarde de ayer agentes de policía conseguían detener a A. T. en Córdoba, provincia hasta la que había huido el presunto asesino en su propio coche ya que tiene familia allí.

Según fuentes cercanas a la víctima, a pesar de que A. T. padecía un fuerte problema de alcoholismo, Juan Velasco nunca le había negado la entrada al establecimiento hasta el cual solía ir todos los días.