Llámenme tiquismiquis si quieren, pero me gusta llevar los zapatos limpios. Son detalles que creo que dicen mucho de la persona, pero en esta ciudad es prácticamente una misión imposible. Un milagro, entre tanto solar y tanta obra. Uno que procura salir de casa en condiciones y reconoce que puede llegar a sentir cierta adicción por el cánfor incoloro, me pongo realmente nervioso cuando veo que dos pasos después, ya llevo los castellanos llenos de polvo. Pero es que es irremediable.

Prácticamente habría que ir volando. Porque media Málaga está en obras y hay zanjas por todas partes. Ya han empezado los trabajos de remodelación de seis calles del Centro que van a servir pra revitalizar el entorno del Museo Picasso. Es la primera gran actuación del plan turístico de Málaga. Sí, ese que parecía un espejimo porque puso de acuerdo a todas las administraciones. Pero hasta que estén terminadas... En Duque de la Victoria se produjo el sábado —en realidad ya era la madrugada del domingo- una caída. No fue la del Imperio Romano, pero la repercusión y trascendencia cómica de la misma no tiene parangón. Cómica, porque afortunadamente no pasó nada más que unas risas. Dos redactores de este periódico comprobaron en sus propias carnes la inestabilidad de las pasarelas. Hubo quien les hizo fotos en lugar de echarles una mano para salir de tan apurada situación.

Pero cualquier itinerario es complicado. Ahí está Dos Aceras, que siguen sin aceras y con tramos en los que parece que vas por la playa. O la plaza de Montaño, un desierto con excavadoras. Todo sea porque se reactive la construcción.

Virgen de hélice

El Obispado de Málaga enviaba ayer una nota en la que hacía referencia a la asociación de la Virgen del Carmen de los submarinistas, una entidad que no tiene rango canónico pero que se une en torno a una devoción popular. En este caso, una pequeña imagen en bronce que recibe culto subacuático en una hornacina en el Roqueo del Perro, en la playa de La Caleta.

Cada vez más malagueños conocen la existencia de esta Virgen del Carmen submarina, que será rescatada para ver la luz malagueña y salir en procesión, como cada año desde hace ya más de 25, el próximo domingo. Lo que no todos saben es que la obra, de José Dueñas, se realizó con la hélice de un barco, que se fundió para dar forma a la Virgen de hábito carmelitano, para que así pudiera quedar bajo el mar sin que el paso del tiempo y los efectos del salitre la deteriorasen.

El domingo se volverán a repetir escenas de gran emoción. La Virgen emergerá de su capilla de corales. Su manto volverá a estar bordado de escaramujos y otras incrustaciones marinas. El presidente de la asociación, Francisco Cañete, y todos los hermanos de esta entidad, la procesionarán por mar y tierra hasta San Gabriel, donde a las 13.00 horas habrá una misa. Y por la tarde, la devolverán a la bahía, hasta el año que viene. Y sólo los submarinistas tendrán el privilegio de visitarla y rezarle el resto del año... con tubo, aletas y tras los gruesos cristales de las gafas de bucear.

El terral

Ese molesto invitado que se acopla cada verano como un primo lejano. Y no se va en varios días.