El director del PTA, Felipe Romera, insiste en que el recinto necesita del servicio de un transporte público masivo para asegurar la movilidad de cara al año 2020, cuando está previsto –si la crisis remite y las previsiones se cumplen– que en el parque trabajen entre 40.000 y 50.000 personas. Romera reconoció que la apertura de la hiperronda ha mejorado mucho el flujo de acceso, pero insistió en que para lograr una «movilidad más sostenible» es necesario que la tecnópolis cuente, bien con una línea de metro bien con una parada del Cercanías, «o si no, ambos».

«El PTA no está preparado para que todos sus trabajadores vengan en coche, eso es una locura, además de un gasto superfluo. Venir en coche al PTA le cuesta a cada conductor 150 euros al mes, y hacerlo en transporte público puede salir tres veces más barato», comenta. Romera, en particular, se muestra más proclive a la solución del Cercanías por entender que puede llevar más gente al PTA que el metro. También lamentó la saturación de los aparcamientos gratuitos, caso contrario a los de pago. De las 2.000 plazas del recinto, sólo 1.000 están cubiertas, cuando cuestan sólo 15 euros a mes. «Los trabajadores dicen que están muy alejadas de sus empresas», afirma.