La provincia de Málaga acoge esta semana la apertura de dos nuevas vías de comunicación que supondrán, por un lado, una revolucionaria mejora del acceso a la Costa del Sol como alternativa a la A-45 para los viajeros procedentes del interior de la península, y, por otro, un desahogo para las saturadísimas rondas de circunvalación de Málaga capital, con un tránsito de unos 190.000 vehículos diarios y que se descargarán de una gran cantidad de tráfico pesado y de turistas cuyo destino real es el litoral malagueño occidental.

El primer acto llega este jueves 27 de octubre, con la entrada en servicio alrededor de las 10.00 horas, de la segunda fase de la hiperronda, que une la autovía del Guadalhorce a la altura del Centro de Transportes de Mercancías (CTM) con Torremolinos. El segundo, justo un día después, el viernes 28, con la apertura a las 13.00 de la autopista de peaje de Las Pedrizas (AP-46), un trazado de 28 kilómetros en el que la constructora y concesionaria del servicio, Sacyr, ha invertido 405 millones.

Se espera que la hiperronda –una vez completado su trazado que abarca desde la entrada a Málaga capital hasta Torremolinos– logre una intensidad media diaria de circulación de 60.000 vehículos, según las estimaciones de Fomento. La AP-46, cuyo nombre comercial será Guadalcesa, tiene por su parte una previsión inicial de 15.000, y su objetivo será luchar por la mayor cuota posible de ese flujo de viajeros de la Costa del Sol que todavía entra o sale por la A-45, autovía que concentra un tránsito diario de 50.000 vehículos.

Según sus promotores, el peaje de Las Pedrizas puede reducir de media en 30 minutos el desplazamiento entre la Costa del Sol y el interior, un lapso que podría alcanzar incluso entre los 60 y los 120 minutos en los días álgidos del verano, cuando en unión de la hiperronda se permita a los bañistas de fin de semana volver a sus provincias de origen esquivando los atascos de Guadalmar, toda la ronda Oeste y la actual A-45.

El trazado de la autopista de peaje de Las Pedrizas, a falta de unos últimos retoques de señalización y pintura, fue presentado ayer mismo por el presidente de Sacyr Concesiones, José María Orihuela, y por el director general de Guadalcesa, Miguel Ángel Rufo. Ambos señalaron que la autopista no sólo aspira a canalizar parte del flujo actual de tráfico sino a crear nuevos movimientos, sobre todo de personas del interior de España, principalmente de Madrid y sus alrededores, que pueden perder el miedo a acercarse a Málaga en días festivos sueltos ahora que tienen una vía directa de acceso a la Costa del Sol. Sus armas, un recorrido más suave, con menos curvas y pendientes máximas de sólo el 4% (en la autovía de las Pedrizas llegan al 8%).

Las cifras de la autopista

El peaje de la carretera será, IVA incluido, de 3,05 euros en temporada baja y de 4,60 en temporada alta, entendida esta última como el lapso de junio a septiembre además de la Semana Santa y su semana previa. Habrá descuentos sólo para los usuarios que se abonen al telepeaje, que oscilarán entre el 5% y el 20% atendiendo a si se viene de la Costa del Sol por el peaje de la AP-7, a si se es usuario habitual, a mayores de 65 años y a personas con minusvalías. Los ingresos esperados en el primer año de funcionamiento ascienden a unos 13 millones de euros.

Según los directivos de Sacyr, la autopista de Las Pedrizas tendrá una rentabilidad del 10% en sus 37 años de periodo de concesión, previendo que la intensidad de circulación será creciente: en un plazo de cinco años se esperan ya unos 19.000 vehículos diarios y, en la segunda fase de vida de la concesión se esperan ronde los 40.000. La AP-46 tiene capacidad para soportar un tránsito diario de entre 60.000 y 70.000 vehículos, y dispone en varios tramos de tres carriles que en un futuro pueden ser extensibles a prácticamente todo el trazado.

La autopista, que está en el paquete de vías que pueden acogerse a la cuenta de compensación del Gobierno debido a la caída de tráfico e ingresos motivada por la crisis, tendrá un gasto ordinario de cuatro millones de euros en su primer año y dará empleo a unas 40 personas. Serán trabajadores propios de la concesionaria Gualdalcesa, seleccionados de la comarca de Antequera.