¿Está convencido de que su compañía telefónica le está estafando? ¿Le han vendido un producto en mal estado? ¿Le ha atendido un camarero muy mal educado que le ha negado la hoja de reclamaciones? ¿Cree que le han cobrado más luz de la cuenta? Defienda sus derechos como consumidor como en el primer semestre del año hicieron 1.770 malagueños que reclamaron ante Consumo de la Junta de Andalucía. En 1.681 casos, un 95% del total, esas reclamaciones tuvieron que ver con el sector de los servicios. Y una vez más, las telecomunicaciones se llevaron la palma con 346 reclamaciones, 190 de ellas en casos de telefonía y 62 en paquetes integrales (TV, internet y teléfono).

Son datos del Servicio Provincial de Consumo de Málaga. Su responsable, Raquel Cantero, asegura que, en el caso de la telefonía, la mayor parte de las reclamaciones de los malagueños están motivadas por la inclusión de cláusulas abusivas de permanencia, el incumplimiento del precio recogido en el contrato al incrementarlo con conceptos desconocidos, discrepancias en la facturación, la tardanza en la portabilidad o las altas y bajas no atendidas o demoradas. Tras las telecomunicaciones, destacan las reclamaciones en los servicios financieros y bancos con 93 quejas entre enero y junio.

Cantero apunta que el cobro de comisiones y la negativa a facilitar la hoja de reclamaciones son las principales causas. Cabe destacar el descenso registrado en el apartado de vivienda, donde la situación económica ha provocado que pasen de las 76 del primer semestre del año pasado, a las 52 del mismo periodo de este año; o el ascenso de las reclamaciones en transporte aéreo, donde las irregularidades en la pérdida de equipajes y los recargos por la expedición en las tarjetas de embarque son mayoría.

La mayor actividad del Servicio Provincial de Consumo se localiza en la inspección, donde los diez observadores que hay en la provincia sumaron en el primer semestre 3.225 del año inspecciones in situ. En 2.286 casos se realizaron por campañas programadas, 883 por Redes de Alerta y otras 51 fueron motivadas por las propias denuncias de los usuarios.

Raquel Cantero explica que estas inspecciones se realizan en función de las que más reclamaciones suman, las menos seguras y las más utilizadas por los usuarios. Este año, según la jefa del servicio, el trabajo se ha centrado en las compañías aéreas, alimentación, talleres de vehículos, etiquetado (productos industriales, muebles y juguetes) y en el comercio electrónico (inspecciones webs).

Una de las campañas que no falla cada año es la inspección de juguetes. Según la responsable de estas inspecciones, este año la presión se está ejerciendo sobre el etiquetado, es decir, comprobar que se cumple con las instrucciones de uso y las correspondientes advertencias de seguridad. En este campo, las inspecciones realizadas entre enero y junio cubrieron 138 juguetes de diferentes bazares, tiendas de precio reducido, grandes superficies y jugueterías tradicionales.

En la gran mayoría de los casos (131) los exámenes concluyeron que los juguetes no sufrían ningún tipo de irregularidades, mientras que en 7 casos no cumplieron los requisitos. El hecho de que el producto no indique la edad recomendada, que no tenga marcado CE, que no identifique al fabricante, al importador o al distribuidor o que las instrucciones no vengan en castellano suelen ser las causas más comunes por las que un juguete no pasa el corte.