Esta es una historia para amantes de los libros, las bibliotecas y las casualidades y comienza con Ricardo de Orueta y Aguirre, un personaje de la Málaga del XIX perteneciente a una de las familias de comerciantes más pujantes. Aunque nacido en Chiclana en 1825, antes de concluir ese año se trasladó con su familia a Málaga y aquí murió con sólo 39 años, en 1864.

En su corta vida estudió en Inglaterra, contrajo matrimonio con Paulina Scholtz Caravaca –de la conocida familia de cónsules y bodegueros– y fue director gerente de la Sociedad Orueta e Hijo y también se hizo cargo de la fábrica de maderas San Román, junto al arroyo del Cuarto.

Su nieta, María Eugenia Gross Loring, conserva todavía varios libros de su abuelo, así como vajillas y mantelería de la familia y un retrato de su abuela Paulina Scholtz.

La traductora Olga Mendoza, nuera de María Eugenia Gross Loring, tradujo del inglés al español uno de los libros que pertenecieron a Ricardo de Orueta. Había sido publicado en Nueva York en 1856, no constaba el autor y llevaba por título El agregado en Madrid o Bocetos del Madrid de Isabel II.

El libro, publicado finalmente en español con el título de Bocetos del Madrid de Isabel II, es un detallado paseo por la capital de España en 1853. Uno de los pasajes que más intrigó a Olga Mendoza, a la hora de traducirlo, fue la descripción de la llamada gran sala del Museo del Prado, en la que se exhibían las principales obras de los maestros italianos. Esto dice el texto: «La gran sala, que contiene las mejores obras de los maestros italianos, forma realmente una espléndida colección de obras maestras. Allí están el San Sebastián de Guido Reni; la Mona Lisa de Leonardo da Vinci; la famosa Sagrada Familia de Rafael....».

La traductora averiguó que la autora del libro era la escocesa Frances Erskine Inglis, que tiene detrás una larga historia. La mención de la Mona Lisa de Leonardo en el Museo del Prado llamó la atención de Olga Mendoza. «Me sorprendió mucho, ya que la autora tenía fama por la minuciosidad y exactitud de sus descripciones. Pensé que quizás no fuera un error suyo y decidí traducirlo tal y como ella lo describía», explica.

Como muchos lectores sabrán, en los últimos días ha aparecido la noticia de que en El Prado se había localizado una copia de la Mona Lisa, pintada al mismo tiempo que Leonardo da Vinci ejecutaba el famoso retrato de la Gioconda por un discípulo del maestro, Andrea Salai o bien Francesco Melzi.

Se sabía que la copia de la Mona Lisa había sido expuesta en El Prado en varias ocasiones. Este es uno de los testimonios más tempraneros, y además, el cuadro aparece expuesto en la sala de los grandes maestros italianos, a pesar de que expertos hubo que, hasta este último descubrimiento, descartaron que fuera una obra italiana. Como destaca Olga Mendoza, queda claro que al menos en 1853, la copia de la Mona Lisa se atribuía directamente a Leonardo da Vinci.

La autora de los bocetos madrileños, Frances Erskine Inglis (1804-1882), se había casado con Ángel Calderón de la Barca, que fue nombrado ministro plenipotenciario de España en México. La escocesa envió una larga serie de cartas a su familia contando las condiciones de vida en ese país, que más tarde fueron publicadas en el libro Vida en México. Fue además preceptora de la infanta Isabel, hija de Isabel II y con la llegada de Alfonso XIII al trono, ya viuda, recibió el título de marquesa de Calderón de la Barca.