Javier Ramírez, Silvia Méndez y sus cinco hijos menores de edad dejarán hoy la casa de la que les han desahuciado en la barriada de Huelin. Lo harán sobre las 9.00 horas, llevarán a sus hijos al colegio Hogarsol y volverán a la calle Maestro Guerrero para esperar acontecimientos. En el piso dejarán toda su vida. Un montón de cajas que no pueden llevarse, ropa y objetos personales. Incluso dejarán un perro, un gato y una nota dirigida a la comitiva judicial que vaya a hacer el desahucio.

Silvia escribió ayer en ese papel un resumen de los acontecimientos que en los últimos años les han llevado a una situación dramática. Como ya adelantó el martes La Opinión de Málaga, esta familia se enfrenta hoy a un desahucio por no poder pagar el alquiler desde hace más de un año. A sus 50 años, Javier no puede trabajar porque sufre una minusvalía del 18%. La enfermedad de Dupuytren le ataca los tendones de las manos, pero tendría que alcanzar el 33% de incapacidad para acceder a ayudas o a trabajar «en la ONCE, en bibliotecas o para realizar cursos para personas con discapacidad». Por ahora subsisten con los 426 euros que él ingresa al mes con la ayuda a parados mayores de 45 años los necesitan, pero la subvención concluye en junio.

Silvia no trabaja porque simplemente no hay trabajo. La última vez que encontró algo fue hace cinco o seis meses, a pesar de que es muy buena cuidadora de personas mayores, enfermos y otros trabajos relacionados con el hogar. Entre sus desesperados intentos, Javier recuerda la carta que le escribió a la reina Doña Sofía.

«Ni la Casa Real, ni la Junta de Andalucía ni el Ayuntamiento de Málaga se hacen cargo de mi situación», lamenta. j. torres málaga