La policía ha dado por concluida la investigación patrimonial del que fuera uno de los delincuentes más activos de la última década. Antes de que Ángel Suárez, más conocido como Cásper, fuera detenido en mayo del año pasado era considerado policialmente como el número uno del crimen organizado patrio. Nueve meses después de su arresto, los investigadores han localizado 12 millones de euros en bienes y cuentas bancarias y han concluido que el grupo desviaba esas cantidades de dinero a la inversión en negocios legítimos, como la empresa hostelera que compró en Marbella, en el corazón de la Costa del Sol. En el inventario de la policía también aparece Málaga como una de las cinco provincias que se repartían 38 inmuebles (unifamiliares, naves, pisos, locales, trasteros o garajes). Los registros han concluido con la intervención de 167 vehículos. Ferrari, Porsche, BMW, Audi y Harley Davidson son las marcas más representativas, aunque también se han localizado diversas cantidades de dinero en 194 posiciones bancarias que han sido bloqueadas.

Según anunció ayer la Policía Nacional, entre las principales operaciones de la organización está la compra de un hotel en Santa Pola, el negocio de hostelería en Marbella o una inversión en un proyecto de construcción en Camerún y otro de producción de biodiésel en Ucrania e importación del mismo. Sectores como las comunicaciones, la ingeniería y la aplicación de nuevas tecnologías suponían también una oportunidad de obtener «rentabilidad e influencia».

Como vías de blanqueo alternativas y a través de sociedades instrumentales, la organización prestaba efectivo a un alto interés, cancelaba anticipadamente hipotecas y adquiría vehículos de gama alta y de lujo mediante el uso de testaferros, según las fuentes.

El golpe policial también ha sumado la detención de seis de sus colaboradores, incluido su lugarteniente, Sapo, y otros estrechos colaboradores como Napo o Cris, todos en busca y captura desde que Cásper fuera fotografiado esposado. También han caído nueve narcos que presuntamente habían hecho negocios con Cásper, en ocasiones bajo amenazas y torturas, lo que eleva a 50 los arrestados desde que se iniciara la investigación contra Suárez y su grupo criminal. Estas pesquisas han conseguido, según la policía, conectar el origen de los bienes con la presunta comisión de delitos como la pertenencia a organización criminal, extorsión, secuestro, lesiones, amenazas, torturas, robo con violencia, usurpación de funciones públicas y robo/hurto de uso de vehículo.

Junto a Cásper cayeron el año pasado otras 21 personas que supuestamente se dedicaban a robar grandes alijos de droga a otros narcos. Después de estos arrestos las pesquisas continuaron para localizar y detener a los objetivos de la organización, importantes traficantes víctimas del mafioso, que finalmente también han sido arrestados. Seis de ellos pertenecían a dos estructuras criminales distintas, y fueron secuestrados y torturados por el grupo de Cásper en Algeciras (Cádiz) y en Lebrija (Sevilla). Según la policía, sufrieron palizas, la rotura de la rodilla y de otros huesos y a uno de ellos le causaron dos agujeros en la espalda con un soplete. El secuestro de Lebrija llevó al grupo de Cásper hasta 211 kilos de cocaína.