Enrique Grana, propietario del edificio, comerciante de aceite de oliva y dueño de la finca San Enrique, hoy una urbanización en el centro de Torremolinos, dejó al morir el edificio a su sobrina y ahijada Rafaela Grana, casada con el hermano mayor de Fusionadas y alcalde de Málaga (1920-1922) Francisco García Almendro. Tres de los cinco hijos del matrimonio vivieron en este edificio, los hermanos José, Rafaela y Francisco García Grana, este último (en la foto), alcalde de Málaga (1958-1964), decano del Colegio de Abogados y hermano mayor del Rocío, además de hermano más antiguo de Fusionadas.