Personas mayores, que viven solas y que voluntariamente optan por el aislamiento social, la reclusión en el propio hogar y el abandono de la higiene personal. El perfil mayoritario de estos casos indica además que estas personas suelen estar muy preocupadas por una ruina económica no real que les induce a vivir en condiciones de pobreza extrema; guardando y apilando objetos sin ningún valor ni utilidad y llegando a almacenar ingentes cantidades de basura y desperdicios.

El Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga tuvo que actuar en el pasado año en 45 casos de insalubridad o de síndrome de Diógenes, uno más que en 2010 y dentro de la media habitual de cada ejercicio. En lo que llevamos de año el Consistorio ha atendido ya siete casos.

«Normalmente son los propios vecinos los que se ponen en contacto con nosotros y ya trabajo social hace la primera visita y se activa el sistema de intervención», explica el concejal de Derechos Sociales, Francisco Pomares. En años anteriores la cifra era algo más elevada; 69 en 2009; 63 en 2008; 72 en 2007; y, 60 en 2006.

Molestias a los vecinos. Este tipo de casos acarrea múltiples problemas para los vecinos, ya que esa acumulación de objetos y basuras y la falta de higiene atrae a su vez a insectos y causa malos olores. La situación puede llegar a ser insostenible para los residentes colindantes del afectado. Hay distritos que de forma habitual presentan un mayor número de casos, como Centro o Cruz del Humilladero, que coinciden con los que cuentan con una población de mayor edad o los más poblados. Actualmente el Área de Derechos Sociales tiene abiertos 12 casos -de 2011 y 2012-.

Las estadísticas dicen que casi un tercio de los mayores de 75 años vive solo, y la cifra se incrementa. Esto se traduce en que más de 12.000 mayores viven sin compañía en Málaga capital. «De entre este número, 45 casos al año es una cifra positiva, pero intentamos que cada vez sean menos los mayores que no tienen control, es decir, que aunque vivan solos reciban su servicio de ayuda a domicilio u otros de acompañamiento. El Ayuntamiento no entra a definir si son casos de «diógenes», eso lo determinan los expertos, nosotros intervenimos por insalubridad», dice.

Estos casos, explica el concejal, suelen ser extremos. Detrás de los afectados en numerosas ocasiones puede haber un trastorno mental, o demencia senil. «Desgraciadamente muchas veces se detecta ya cuando esa persona lleva años en ese tipo de actitud. Por eso son fundamentales las relaciones vecinales y que éstos lo comuniquen cuanto antes al observar la ropa o detectar olor al cruzarse con esa persona», comenta.

Pomares indica además que es fundamental la colaboración del afectado. «La primera visita tiene que ser por voluntad propia, si no hay que acudir a un juez y esperar a tener el permiso para entrar en la casa», señala. Estas personas acumulan toda clase de objetos, pero también se caracterizan por tener múltiples animales.

El protocolo. La intervención del Ayuntamiento de Málaga debe desenvolverse, fundamentalmente, en el ámbito de la protección de la salubridad pública, ya que es éste el que le asigna la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, además de la prestación de los servicios sociales, en los términos de la legislación estatal y autonómica, todo ello sin perjuicio de prestar la debida colaboración al resto de administraciones implicadas, en aquellos aspectos competenciales que les sean propios, en virtud de los principios de cooperación y de asistencia activa.

En dicho protocolo se detallan los siguientes puntos. Primero la detección. En segundo lugar la intervención municipal, con diversos servicios implicados como sanidad municipal, el servicio técnico de limpieza, los centros de servicios sociales, la asesoría jurídica, Policía Local, vigilancia sanitaria, Bomberos y Servicios Operativos.

El tercer punto de la intervención es la coordinación con otras administraciones. Aunque las vías de conocimiento de los casos son múltiples, la actuación comienza en el Servicio de Sanidad Municipal, donde se inicia el expediente y arrancan todos los trámites necesarios hasta el cierre del mismo. Paralelamente, la intervención del centro de servicios sociales se centra en la atención de la problemática social de las personas residentes en la vivienda, donde se realizan las actuaciones oportunas en cada caso.