El consejero de Turismo y Comercio, Rafael Rodríguez, nombró ayer a Francisco Artacho como consejero delegado de Turismo Andaluz, una etapa que, según dice, afrontará «con mucha ilusión», porque le gusta la política, la gestión y el trabajo; y «con mucho respeto» porque sabe que será «una labor complicada y con muchos retos». Es diplomado en Relaciones Laborales y cuenta con una dilatada trayectoria en el mundo turístico, ya que ha participado en las negociaciones de los convenios de hostelería firmados durante los últimos años con el sindicato de Hostelería, Comercio y Turismo de CCOO, entre otros proyectos profesionales.

¿Cuáles serán las líneas maestras a seguir?

Ahora mismo tengo que aterrizar, pero me consta que la gestión de la empresa ha funcionado bastante bien hasta el momento y ha seguido unas líneas para fomentar el turismo andaluz que están dando buenos resultados. Lo primero que haga será analizar los proyectos para seguir potenciando todo lo que se haya hecho bien y se tratará de añadir nuevas iniciativas, ya que el mundo del turismo es muy cambiante y estamos en un momento muy complicado, en el que hay que echarle imaginación para intentar cambiar ciertas cosas que puedan dar mejores resultados. El turismo es la principal actividad económica de Andalucía y, por lo tanto, habrá que intentar mantener la mayor inversión posible. Tenemos mucha responsabilidad en estos momentos de crisis, donde hay que intentar que el turismo salga del bache o que por lo menos le afecte lo menos posible.

¿Se pretende mantener el Plan Qualifica?

Por el momento, yo no tengo datos suficientes para saberlo porque no he estado implicado en la gestión diaria del plan, pero lo conozco por haber participado como auditor en Benalmádena, sobre todo en los temas de publicidad, como la ordenanza que está intentando hacer para homogeneizarla en todos los municipios o en el Plan de Especialización. Pero, por lo que he visto, creo que hay propuestas muy interesantes dentro del Plan Qualifica. A partir de esto, habrá que estudiarlo y será un tema compartido con el consejero de la Junta, Rafael Rodríguez, para ver qué partes positivas puede tener y si también tuviera alguna negativa, aunque yo por el momento no me atrevería a afirmarlo.

¿Y la ampliación de los puertos de Andalucía?

En este tema tengo que ser respetuoso con las competencias compartidas que hay con la empresa de Puertos de Andalucía y la Consejería de Fomento y Vivienda. Está claro que desde desde el punto de vista del turismo, los puertos juegan un papel importante, aunque se haya cuestionado en varias ocasiones si la concesión de los puertos podría tener alguna incidencia en las playas de los alrededores. Pero aparte de esa polémica y de saber la importancia del turismo portuario en el sector, tenemos que respetarlas competencias. Entendemos que la política de ampliar o no dependerá de esas competencias y de la Junta de Andalucía, que tiene que marcar las líneas maestras en cuanto a la política general. Pero también se debe valorar los puertos que están y a los que se les han dado las concesiones y utilizarlos para el turismo, porque están jugando un papel muy importante.

¿Tiene alguna fórmula para acabar con la problemática de los chiringuitos?

En este tema lo tengo muy claro. Yo creo que los chiringuitos son un elemento cultural muy nuestro y muy importante para nuestra actividad económica, que al mismo tiempo forma parte de nuestra idiosincrasia como fórmula histórica para el turismo de nuestras playas. Pero hay que acompañarlo con el derecho que tienen los ciudadanos de usar las playas sin que la explotación de estos chiringuitos se convierta en algo masivo ni en un abuso. La solución, yo creo, está en combinar estos dos elementos.