Las cifras de paro juvenil no dejan de aumentar en la provincia. A finales del pasado abril, según datos proporcionados por la Junta de Andalucía, el número de malagueños menores de 25 años que estaban en situación de desempleo era de 23.781; se trata de una cantidad que supera en 3.238 personas la de principios de año. Eso significa que en 2012, con algún que otro altibajo, el volumen de parados en esta franja de edad ha crecido un 13,6 por ciento.

De acuerdo con la Junta, la mayoría de los jóvenes que demandaron empleo en Málaga durante este año no habían tenido ningún tipo de trabajo anteriormente. El resto, por su parte, contaba con alguna experiencia en el sector servicios o la construcción. En el caso de las mujeres, se daba un dato curioso; las malagueñas son las andaluzas que más saben en esa franja de edad lo que es tener un trabajo, aunque en el sector servicios y, en general, muy mal remunerado.

En cuanto a la recuperación económica, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no es muy optimista y prevé un efecto de rezago en lo que respecta a este sector de la población; la tasa de paro juvenil sólo volverá a corregirse a partir de dos o tres años después del fin de las vacas flacas.