La empresa Financiera y Minera (FYM), filial española del grupo Italcementi y propietaria de la emblemática fábrica de La Araña, ha decidido trasladar su sede social y fiscal de Madrid a Málaga, ciudad a la que considera el «escaparate perfecto» para desarrollar la gestión de su plan de negocio en España. La compañía, que mantiene su actividad en la factoría malagueña desde hace 110 años, anunció ayer que todo el equipo directivo y gestor que hasta ahora trabajaba en la capital de España -unas 20 personas- será trasladado durante este próximo mes de junio para empezar funcionar en Málaga en julio.

La empresa tiene unos 350 trabajadores en Andalucía, la mayoría en la fábrica de la Araña, que hace unos años recibió 100 millones de euros para su remodelación, la mayor inversión privada de la historia de la provincia. A pesar de la mala coyuntura en el sector de la construcción, con niveles de consumo de cemento propios de «hace 40 años» y la bajada de ventas en 2011, la plantilla de Málaga está ajustada ya a esta realidad, por lo que no se prevén salidas de trabajadores.

La decisión, según explicó ayer el consejero delegado, Mario Bracci, es que la toma de decisiones se realice de forma «más cercana» a los centros de producción y negocio. «En Málaga tenemos todas las condiciones necesarias para una empresa importante», dijo Bracci. En este sentido, hay que recordar que FYM tiene dos fábricas principales en España, la de Málaga y la de Cementos Rezola en el País Vasco, situadas en Arrigorriaga (Vizcaya) y Añorga (Guipúzcoa). Fuentes de la empresa comentaron que la idea de trasladar las oficinas centrales de la empresa a tierras vascas también se había barajado, aunque finalmente se ha optado por Málaga como sede española. Bracci resaltó que la cercanía «al negocio, a los clientes y a la propia fábrica» que propiciará este cambio servirá, a su juicio, para mejorar «las relaciones con la comunidad». El personal directivo que llevará así la gestión de FYM en toda España se instalará en las dependencias de la propia fábrica de cemento de La Araña, ocupando el espacio de la hasta ahora dirección regional para Andalucía.

También está previsto realizar el cambio fiscal de la empresa de Madrid a Málaga, aunque para esta gestión los plazos no están aún definidos, según comentaron. FYM-Italcementi es la quinta cementera mundial.

Sin beneficios. Bracci acudió ayer a Málaga a presentar los resultados de la compañía correspondientes a 2011. FYM cerró el ejercicio con una facturación de 155 millones de euros, de los que 81,3 correspondieron al área de Andalucía. La escasísima actividad en el sector residencial e inmobiliario y la paralización de proyectos de obra pública, siguen pasando factura, con unas ventas de cemento, áridos y hormigón que se redujeron un 11%-12% en relación el año anterior.

El 20% de las ventas tanto a nivel nacional como andaluz corresponden a exportaciones, un capítulo con el que se busca paliar el descenso de la demanda interna. Francia, Argelina, Congo, Gambia y ahora Brasil son los destinos exteriores del cemento producido en la fábrica de Málaga.

La bajada de ventas ha provocado también un descenso del 44% del beneficio bruto, que se queda en 16,6 millones de euros, y la entrada en números rojos en lo que se refiere a beneficio neto de explotación, que presenta unas pérdidas contables de 21,8 millones debido a la depreciación del sector de materiales de construcción en España.

El consejero delegado, junto con el director comercial, Tomás Azorín, reconocieron que el sector constructor en España continúa prácticamente «en coma» tras cuatro años de crisis, con un consumo de cemento que ha pasado de un tope máximo de 57 millones de toneladas en 2007 a 20 en 2011. Para este 2012 aún se espera un nuevo suelo de sólo 15 millones. En Andalucía será de 2,7 millones, cuando en 2007 llegó a 10,5.

Azorín destacó el papel del puerto de Málaga como canal exportador de FYM. En 2011 casi se duplicaron las exportaciones desde estas instalaciones, llegando a salir unas 360.000 toneladas hacia el extranjero. Para este 2012, sin embargo, se prevé un descenso al entorno de los 250.000, debido a la «alta competencia» en el mercado internacional.

El grupo, que maneja un 6% de sus ventas en proyectos de innovación, está presente en proyectos de Málaga como el aeropuerto, la autopista de Las Pedrizas, la hiperronda o la Alcazaba.

Un futuro incierto. FYM prevé aún tres o cuatro años difíciles para el sector, antes de que España recupere unos consumos razonables de cemento de entre 25 y 50 millones de toneladas al año. Azorín estimó que para llegar a ese momento hace falta, por un lado que se asimile el stock de vivienda, que se cifra en España en torno a las 800.000 vivendas, para que se vuelva a construir. Y por otro, que las cuentas públicas se saneen y vuelva a iniciarse la obra pública, actualmente en unos niveles muy bajos.