La atención en los centros sanitarios malagueños empieza a verse perjudicada a causa de los recortes que sufre su personal, que denuncia que cada vez cuenta con menos medios, lo que empeora la atención a los pacientes.

Ayer, como cada martes, los profesionales del Hospital Carlos Haya se concentraron para protestar por lo que consideran una merma de sus derechos laborales. Asimismo, denunciaron que los recortes de personal están alargando los tiempos de espera, colapsando las citas y lastrando la calidad asistencial, al trabajar más horas y contar con menos compañeros.

Esta cita se ha convertido en habitual y desde que se anunciasen los ajustes del Gobierno antes del verano estos trabajadores han lamentado que se está tocando uno de los pilares fundamentales del estado del bienestar. Medio centenar de sanitarios salió del complejo hospitalario, cortó la avenida de Carlos Haya -en una de sus horas punta, las once y media de la mañana- y volvió al hospital no sin antes corear unos eslóganes que ya se han convertido en habituales, como «los recortes en sanidad matan».

La supresión de la paga extra de Navidad, el aumento de la jornada laboral hasta 37,5 horas semanales y la reducción de contratos de cientos de profesionales en un 25% no han hecho más que incrementar el desánimo de estos empleados, que no solo se sienten víctimas del sistema como empleados del mismo, sino que recuerdan que también son usuarios de la sanidad pública, por lo que lamentan que cualquier día pueden ser dobles víctimas de esta crisis.

En este sentido, el presidente de la Junta de Personal del complejo, Juan Antonio Torres, cree que la situación cada vez empeorará más, puesto que los contratos del 75% de los llamados estructurales eventuales -profesionales contratados- pueden disminuir e incluso desaparecer al renovarse de mes en mes.

«Si no tienen problemas económicos, ¿qué sentido tiene que cada mes cambie la plantilla?», se preguntó, al tiempo que recordó que los cambios de áreas también disminuyen la calidad, puesto que cuando un profesional se hace a un servicio, este cambia de trabajadores «y vuelta a empezar».

En este sentido, explicó que la ausencia de contratación de hasta cincuenta personas aún no se está percibiendo, pero recordó que en unos meses ya será una realidad el colapso de la atención tanto en urgencias como en planta. «La gente tiene que entender que defendemos la calidad asistencial porque si no, estamos abocados a la desaparición», apuntó.

Por otra parte, el responsable lamentó que el deterioro de lo público está provocando que las empresas privadas capten usuarios con miedo a perder derechos sanitarios, por lo que criticó que un empeoramiento de estos recortes, unidos al copago sanitario, puede perjudicar a que las personas con menos recursos económicos no sean atendidas si no tienen medios, como en el caso de países como EEUU.