El frío y la crisis no impidieron ayer que cientos de malagueños, coincidiendo con el inicio del puente, se asomaran a las calles del centro para tomarle por primera vez el pulso a la Navidad. Los puestos tradicionales y las plazas vivieron una jornada que recordó los días de bullicio y el ambiente típico de las fiestas, para las que todavía resta más de una quincena.

Los malagueños, a pesar de la crisis, tienen ganas de Navidad; una gran noticia para los comercios. Sólo falta que se consuma. De momento, la gente se echa a la calle. En la imagen, un detalle del mercadillo de la Alameda Principal.