La dirección del colegio Los Olivos se reunió ayer con los padres de los alumnos para tranquilizarlos tras salir a la luz la información de que un profesor de religión del centro había sido detenido por la Policía Nacional por un presunto delito de tenencia de pornografía infantil. La policía, además, investiga el contenido del ordenador de este hombre, ya que al parecer contiene archivos encriptados, por lo que se sospecha que las imágenes puedan contener abusos sexuales a menores.

Durante el encuentro, la dirección trasladó a las familias lo que la comunidad de agustinos de Málaga trasladó el martes en un comunicado enviado a los medios de comunicación: que el religioso fue apartado de «toda actividad, docente y no docente, relacionada con el colegio regentado por la comunidad». Igualmente, el colectivo hizo hincapié en que el profesor ya no reside en Málaga y que la detención y la imputación se produjo en junio pasado. «Inmediatamente fue informada la autoridad eclesiástica competente, que tomó las medidas cautelares pertinentes hasta la resolución definitiva de la causa», rezaba el texto de los agustinos.

El colectivo, que condenó «rotundamente y sin paliativos cualquier actuación que atente contra la dignidad humana, y especialmente la de los niños, añadió que el caso está a la espera de una resolución judicial, aunque también pidió respeto a la presunción de inocencia que asiste a todo ciudadano. La detención de este hombre, que aún aparece en el organigrama del colegio, se produjo dentro de una megaoperación de la Policía Nacional contra la pornografía infantil en la que se produjeron otros 27 arrestos, cinco de ellos en Andalucía. Otras diez personas han sido imputadas en una trama que traspasa las fronteras españolas, ya que el entramado empresarial estaba ubicado en Toronto (Canadá).

La Dirección General de la Policía informó el sábado de que se ha conseguido rescatar a diecinueve menores -catorce en Madrid y cinco en Alicante- y que la organización se dedicaba a la venta de vídeos con imágenes de abusos sobre menores, todos ellos varones, y que para crear los vídeos utilizaban a niños de Ucrania, Rumanía y Alemania.