Un hombre se enfrentará a un juicio penal por colocar dos jaulas trampas en la finca de su padre debido a que este método de caza no tiene carácter selectivo y en la zona donde las colocó existen especies de interés especial como el azor, águila calzada, búho real, meloncillo o gato montes.

El fiscal pide la apertura de juicio oral y que el procesado sea juzgado por un delito contra la flora y fauna y se le imponga una multa de dieciocho meses a razón de una cuota diaria de 24 euros, según el escrito acusatorio, al que ha tenido acceso Efe.

Los hechos se remontan a marzo de 2012 cuando el acusado presuntamente colocó en la finca propiedad de su padre, ubicada en el término municipal de Málaga, dos jaulas trampas y en cada una de ellas puso como señuelo una perdiz viva.

Las jaulas tenían unas puertas correderas de apertura vertical y estaban dotadas de un resorte que hacía saltar la puerta en el momento en que un animal se introducía en el habitáculo.

El ministerio público subraya en su escrito acusatorio que tales medios de caza "por su carácter no selectivo" están prohibidos y recuerda que en dicha zona existen especies de interés especial que indiscriminadamente pueden ser víctimas de las artes ilegales empleadas por el encausado.

Además el fiscal pide la destrucción de las jaulas intervenidas e inhabilitación para el acusado durante dos años para el derecho de cazar.