La crisis de la construcción, iniciada a finales del año 2007, ha expulsado ya a unos 70.000 trabajadores del mercado laboral en Málaga y amenaza con seguir dejando en el paro a más personas si, como lamentablemente parece, la situación no mejora durante este 2013. La provincia de Málaga alcanzó un pico de 104.000 empleados en el sector constructor -90.000 asalariados y 14.000 autónomos- en el apogeo del boom inmobiliario pero desde hace cinco años el número de ocupados no ha hecho sino bajar.

Según el responsable de Construcción de CCOO, Alfonso Galisteo, los datos del Servicio Andaluz de Empleo (SAS) reflejan que ahora mismo no quedan más de 30.000 trabajadores en el sector en Málaga, de los que unos 10.000 son autónomos. En el año 2001, que los sindicatos toma como referencia del anterior ciclo bajo del sector había un 20% más de trabajadores de los que hay ahora.

La Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP) achaca el descenso de la actividad tanto el desplome del segmento residencial -ni se venden viviendas de forma significativa ni se construyen nuevas promociones- y el espectacular descenso de la inversión en obra pública, con un 90% de caída. De los 1.469 millones de euros que las administraciones públicas invirtieron en Málaga en el año 2007 se ha pasado a los modestos 148,2 que se destinaron el pasado ejercicio, según los datos recabados por la Cámara de Comercio. La febril actividad de obras magnas como el AVE o la ampliación del Aeropuerto, que llegaron a emplear a más de 30.000 personas, ha quedado reducida a los trabajo del metro -que de emplear de medio a unos 1.400 trabajadores ha pasado a tener sólo 500- y a las pausadas obras que el Adif realiza en los tramos de la Alta Velocidad Málaga-Granada.

Galisteo destaca la urgente necesidad de mantener la actividad en esas dos obras y pide un plan de choque a las administraciones que apueste, por un lado, por nuevas infraestructuras y, por otro, por la rehabilitación de edificios. Los casi 40.000 parados que hay ahora mismo en la construcción -muchos otros se han reenganchado e sus sectores de origen, la hostelería y la agricultura- presentan perfiles inquietantes. Más del 46% de estos desempleados son parados de larga duración, lo que significa que llevan más de un año sin trabajar. El 54% se encuentra además en la franja de entre 25 y 45 años, lo que apunta a un doble problema. Primero, que hay muchos jóvenes que dejaron los estudios atraídos por los sueldos que se pagaban en la construcción y que ahora se ven en el paro y sin una formación alternativa. Segundo, que para las personas a partir de los 40 es ya complicado reciclarse y buscar empleo en otro sector, y más con la crítica coyuntura que vivimos. El responsable de CCOO cree que sólo con poner en marcha las inversiones públicas pendientes para el saneamiento de la Costa del Sol se podrían crear 10.000 empleos.

«La situación es crítica y para muchas personas toda esta inestabilidad laboral le va a poner muy difícil el acceso a la jubilación. Necesitamos políticas y planes de choque que reactiven un sector que ha sido demonizado», denuncia Cobalea.

2013, ¿otra catástrofe?

El vicepresidente de la Cámara de Comercio de Málaga, Juan Cobalea, coincide en el análisis y añade que, si no cambian las cosas, 2013 vaticina una nueva «catástrofe» ya que el consumo de cemento cayó del orden de un 23% en España en los dos primeros meses del año. Cobalea es muy crítico con la falta de inversión en obra pública y recuerda que Málaga, por su peso poblacional, debería recibir al menos un 50% más de los 148,2 millones que obtuvo el pasado año.

«Sabemos que no es época para plantear grandes actuaciones pero sí se podía aprovechar para empezar a proyectar las infraestructuras del futuro. Esto es un desmantelamiento, un desarme total que hace mucho daño», afirma el representante de la Cámara, que señala a actuaciones paralizadas como el tren litoral, el futuro del Guadalmedina o posibles obras hidráulicas.

El sector cree que la obra pública es la única vía que puede amortiguar el batacazo de la actividad residencial, a la que según instancias como el Colegio de Arquitectos le pueden quedar décadas para recuperar la normalidad. Las compraventas y las hipotecas han caído entre un 40% y un 83% respecto a antes de la crisis. Y el visado de viviendas, que indica la proyección de la actividad en los próximos años, marcó en 2012 la cifra más baja de la historia en Málaga. Sólo se visaron 1.134 proyectos, un 98% menos que los 45.661 de 2006. Construir vivienda no es ahora mismo opción.

@josevirodriguez