­Tras una época de sequía de inauguraciones en el sector sanitario, la capital malagueña estrenará el próximo 10 de marzo la nueva unidad de Hemodiálisis, ubicada en Carlos Haya. Esta área es fruto de la fusión de las dos que existían hasta ahora: la del propio hospital y la de El Atabal. Con la integración de ambas en el centro sanitario la Delegación de Salud da una nueva vuelta de tuerca al agrupar a todos los enfermos que se dan diálisis en este complejo, puesto que ante cualquier complicación o ingreso hospitalario, los pacientes estarán más cerca de las urgencias, las consultas, las pruebas diagnósticas y de sus especialistas.

La nueva infraestructura, en la que se han invertido 600.000 euros, ocupa un espacio de 490 metros cuadrados y dispone de 28 puestos de tratamiento -de los que ocho son para pacientes que precisan cama y 20 para pacientes en tratamiento ambulatorio, que reciben la hemodiálisis en sillones ergonómicos-.

Sólo dos semanas después de la visita de la consejera de Salud, María José Sánchez Rubio, que anunció reformas en las urgencias y en la organización de este centro sanitario, la titular de la cartera sanitaria volvió ayer a Málaga y manifestó su satisfacción por la inauguración del centro, que se ubica en la primera planta del edificio verde ubicado justo delante del pabellón A de Carlos Haya. Este podrá atender a 142 pacientes con insuficiencia renal crónica a la semana. Los enfermos con esta grave afección dispondrán de un equipamiento nuevo muy luminoso y serán atendidos por el mismo personal que lo ha hecho hasta ahora. Además, dispondrán de un horario especial para aquellos enfermos que trabajan o estudian. El último turno de diálisis comenzará a las 19.30 horas y concluirá a la media noche. Hay que recordar que este tratamiento dura unas cuatro horas y es necesario hacerlo tres días a la semana para la correcta salud del paciente.

Por este motivo, Sánchez Rubio quiso dejar claro que este horario hará que estas personas no tengan que interrumpir su vida. «Que su vida se altere lo menos posible», dijo la consejera de Salud, que manifestó que las instalaciones harán más llevadero el tratamiento, «muy difícil y duro». Asimismo, destacó que los sillones estarán equipados con conexión a internet. La unidad también cuenta con una planta de agua ultrapura para ofertar los mejores y más novedosos tratamientos existentes en la actualidad para los pacientes en hemodiálisis. «Se pretende que esta afectación sea la menor posible con mayor confort y garantía», dijo Sánchez Rubio.

Además de los sillones, las camillas y los puestos para camas de ingreso, la unidad cuenta con un habitáculo para infecciosos. En esta área de aislamiento, los pacientes con hepatitis B podrán darse sus sesiones de diálisis. La hemodiálisis es una terapia de sustitución renal que tiene como finalidad suplir parcialmente la función de los riñones. Consiste en extraer la sangre del organismo a través de un acceso vascular y traspasarla a un dializador o filtro de doble compartimiento, por el cual pasa la sangre por uno de los compartimentos y por el otro el líquido de diálisis, separados por una membrana semipermeable. De esta forma se eliminan residuos nocivos para el organismo que los riñones enfermos no son capaces de eliminar -como el potasio y la urea- así como agua.