­Nuevo revés, prácticamente definitivo, a los pacientes crónicos que llevan año y medio sin poder usar la piscina terapéutica del Hospital Civil sin alternativa similar. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) de la Junta de Andalucía ha arrebatado de un plumazo el hilo de esperanza al que se agarraban los usuarios desde el pasado mes de febrero, cuando la Subdirección de Gestión y Evaluación de Resultados de Salud se comprometió a informar sobre la situación de la piscina a Encarnación Chamizo, una paciente con varias patologías que reclamó por carta esa información y la atención de la consejera de Salud, María José Sánchez. Antes, esta malagueña consiguió la breve atención del que fuera defensor del Pueblo, quien no fue más allá tras recibir un informe de Carlos Haya, complejo del que depende el Hospital Civil y la piscina terapéutica.

La respuesta, firmada ahora el 1 de abril por la Dirección General de Asistencia Sanitaria y Resultados de Salud, ni siquiera plantea una futura reapertura que en su día el hospital dejó entrever como una posibilidad remota al cifrar la reparación de las instalaciones en más de 300.000 euros.

Ni beneficios ni dinero

Y como en su día hizo la Dirección Médica del complejo hospitalario Carlos Haya, el SAS cuestiona abiertamente los beneficios de un tratamiento que, curiosamente, ha ofrecido durante 25 años a pacientes que usaban la piscina bajo prescripción médica pública. De hecho, la última misiva se esfuerza más en poner en duda el tratamiento que en explicar los supuestos daños estructurales de las instalaciones. «La inversión económica necesaria para su reparación resulta del todo inasumible para un sistema sanitario público obligado a velar por el debido cumplimiento de los criterios de relación coste-beneficio en sus actuaciones, sobre todo si tenemos en cuenta que, como en el caso que nos ocupa, el uso fundamental de esta instalación ha sido la balneoterapia de patologías crónicas del aparato locomotor, siendo esta además una prestación no incluida en la Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud», reza la carta antes de sentenciar que, desde el punto de vista sanitario, «las sociedades científicas no hacen recomendaciones específicas sobre mejoras en la salud ni en la capacidad curativa de la hidroterapia en pacientes con las patologías citadas, sino que en los resultados de sus estudios se constata que sus efectos son similares a los conseguidos con el ejercicio físico terrestre unido a otras terapias disponibles, como la fisioterapia y la analgesia y farmacología». Desde el punto de vista estructural, la administración insiste en que las instalaciones carecen de forjados sanitarios y que el edificio sólo cuenta con una losa: «Ésta se rompió en la superficie ocupada por la piscina, habiéndosele realizado diversas intervenciones de reparación en los últimos 25 años». «El edificio no reúne los criterios mínimos exigibles en materia de seguridad e higiene para permitir su utilización», añade.

Encarnación Chamizo, junto a otros pacientes, asegura sentirse absolutamente abandonada por la administración. Pero advierte: «Yo no me rindo tan fácilmente».