El boom de las terrazas, debido a la proliferación de nuevos establecimientos y el crecimiento del turismo, obliga al Ayuntamiento a mantener una vigilancia continuada para asegurar el cumplimiento de la ocupación de la vía pública. Tras la campaña de inspecciones de la primavera de 2013, y que derivó en la retirada de más de una treintena de terrazas, el área de Comercio no ha querido reducir la presión fiscalizadora para contener los excesos de ocupación.

Aunque queda descartada de momento el inicio de una campaña como la de 2013, las inspecciones se mantienen de forma constante. De hecho, siguen siendo el Centro, Teatinos y Pedregalejo las zonas objeto de esta vigilancia, ya que es donde se concentran los grandes núcleos de establecimientos hosteleros.

Esta labor supuso que el año pasado se cerraran más de 900 expedientes sancionadores a establecimientos de la ciudad por exceso de ocupación, de los que dos tercios corresponden a terrazas y el resto a toldos.

Estos expedientes implicaron que se tramitara el cobro del exceso de ocupación de mesas y sillas en la vía pública, además de la correspondiente sanción, que puede alcanzar los 3.000 euros, en función del grado de reincidencia y gravedad del incumplimiento.

El alto número de sanciones puestas el año pasado se explica también por las campañas de retirada de sillas y mesas de las terrazas incumplidoras, una medida que se ha ralentizado por la mejora del cumplimiento de la ordenanza de vía pública.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería Ehma-Costa del Sol, José Luis Ramos, destacó que el grado de cumplimiento del sector es muy alto: «El empresario está mucho más mentalizado y el incumplimiento no es tan llamativo como antes».

Ramos defendió el buen comportamiento de los empresarios, tanto en el Centro como en Teatinos y Pedregalejo, y reconoció que las inspecciones siguen siendo continuas, lo que ayuda a mantener el cumplimiento de las ordenanzas.

«Nadie incumple tanto como para llegar a retirar las sillas y mesas, la situación está muy normalizada y hay una gran colaboración del sector», defendió José Luis Ramos, quien apuntó que esta colaboración no sólo se aprecia en el Centro, sino también en Teatinos y Pedregalejo.

No obstante, el presidente de Ehma se quejó de la fuerte presión a la que se somete a los establecimientos hosteleros con estas inspecciones de ocupación, y que se suman a otras como las realizadas por Hacienda, Medio Ambiente por el ruido, Trabajo, Sanidad o Vía Pública: «Este es el sector más vigilado y siempre pagamos los mismos».

José Luis Ramos pidió al Ayuntamiento un poco más de flexibilidad de cara al verano, recordando que gran parte de la bajada del paro actual se sustenta en el sector hostelero por el buen comportamiento del turismo. «Estamos generando mucho empleo y el Ayuntamiento debería ser más permisivo, porque se pasan controlando un sector que ahora es el motor económico de la ciudad», señaló el representante de los hosteleros de Málaga, quien apuntó que mucho del empleo que se genera en hostelería «es gracias a las terrazas, que es la que da la vida al local».

Ramos defendió además a los empresarios de la hostelería malagueña y advirtió de que una parte importante de los incumplimientos es por causa del cliente, que «mueve las sillas y mesas para hacerse sitio y supera los límites de la terraza».

La ordenanza de la Vía Pública ordena a los establecimientos con terraza a que ésta no supere un tercio del ancho de la calle y que no exceda la fachada del establecimiento, con idea de asegurar el paso de los peatones.

Los incumplimientos más habituales es por exceder de la zona autorizada y disponer de un mayor número de sillas y mesas. El Ayuntamiento, una vez abierto el expediente sancionador, cobra el exceso aplicando las tarifas municipales y una sanción, que oscila entre los 750 y 3.000 euros, en función de la ocupación y reincidencia. En los casos más graves se procede a la retirada de sillas y mesas y suspensión de la licencia.