Gabo, llamado así por Gabriel García Márquez, agita los mofletes a una velocidad de vértigo mientras galopa por la playa. De raza braco de Weimar, a este perro de caza no le hace falta hablar para transmitir la alegría de esos momentos. Más que correr, ayer volaba bajo por la playa del antiguo camping de los Baños del Carmen.

«A mí echaron una vez de La Malagueta pero no me multaron y otra vez me regañaron por no llevarlo con bozal».

Siguiendo la estela de Gabo está Trigo, una mezcla de podenco y pastor alemán. Muy pronto se unen dos perros más, uno de ellos un perrito faldero. Las carreras de los cuatro, ese sonido a galope feliz y enloquecido, recuerdan a las centenarias carreras de caballos por la playa de Sanlúcar de Barrameda.

«Los perros disfrutan y nosotros lo vivimos, se vuelven locos», confiesa Nabila Serrano, la dueña de Trigo. Un panorama idílico que sin embargo y al menos hasta la fecha, es objeto de multa, porque el artículo 15 de las ordenanzas municipales de Playas lo dice muy claro: «Queda prohibido el acceso de animales domésticos a las aguas y zonas de baño». Las excepciones son los perros autorizados para alguna actividad y los perros lazarillos.

Para cambiar este panorama, en febrero se puso en marcha la asociación La Huella, se trata en realidad de la campaña social Paraíso La Huella que llevan a cabo alumnos de Publicidad y Relaciones Institucionales de la Universidad de Málaga durante este trimestre.

«Lo que queremos es que los perros puedan ir a la playa y que no multen a las personas, que es lo que está pasando», cuenta Pablo Navarro, estudiante y dueño de Blackie, una mezcla de labrador y perra callejera. Precisamente Pablo, que es de Estepona, puede disfrutar con su mascota en una playa para perros, ya en el término municipal de Casares. En Andalucía hay playas para perros en Fuengirola, Mijas y Casares.

«Date cuenta que Málaga es mucho más grande y no tiene una playa de este tipo», plantea Silvia Rueda, estudiante y dueña de Kenia, una bulldog francés. Silvia cuenta que desde que han puesto en marcha esta iniciativa, vecinos de La Malagueta han contactado con ellos porque también están interesados. Además, están recorriendo firmas. (Más información en http://paraisolahuella.es.

«Los perros tampoco necesitan una playa de arena virgen, puedes coger la playa más fea que haya con las piedras más grandes», expone Pablo, que recalca que no piden nada especial.

Ayuntamiento

La concejala de Playas, Teresa Porras, respondió ayer a este colectivo informando de que «en junio» está previsto que Málaga cuente con una playa, «en la zona entre Rincón y Málaga».

El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, precisó que la playa será «una playa completa» de unos 60.000 metros cuadrados, «antes de entrar en Totalán y de hecho está pensada para que sea una zona para Málaga y Rincón». No será una playa acotada sino libre para perros e informó de que se cambiarán las ordenanzas municipales para permitirla. Por último, comentó que no ha podido emplazarse en una playa más céntrica de Málaga «porque perderíamos la Q de calidad, no es compatible con la Q una zona habilitada para perros». La playa, añadió, tendrá el equipamiento necesario y carteles informativos. Gabo, Trigo, Blackie y Kenia podrán correr, jugar y nadar sin problemas. Y sin multas a la vista.