Nunca los malagueños tuvieron tanto interés por su flora local. Jamás se vio tamaña atención por el ornato floral y silvestre que adorna las calles del Centro de Málaga. Desde primera hora de la mañana -que un sábado vienen a ser las 9:30 horas aproximadamente- las calles del Centro Histórico se fueron plagando de autómatas que, móvil en mano, esperaban la señal.

Compañías de zapadores que no dejaban arqueta de riego sin revisar; parejas de exploradores buscando la 'X' que marca el lugar; incluso francotiradores, sentados, pacientes, disimulando para, cada pocos minutos, echar un vistazo a su teléfono móvil, esperando su momento.

Jason Buzi y su Hidden Cash han hecho madrugar hoy a Málaga, para recompensarla con 14 sobres con 50 euros cada uno... ¿o no? En teoría, son 700 euros repartidos por una zona aún por determinar de Málaga y otros cuantos 'falsos', con billetes que sólo valdrían para un pequeño ahorro a la hora de redecorar el salón de casa, que transformaban la ilusión inicial del hallazgo en la resignación del 'sigue buscando' de los rasca y gana de nuestra infancia. La empresa Mi colchón aprovechaba la coyuntura para plagar el Centro de sobres, unos 300, con descuentos y promociones para sus tiendas. Eso es marketing y reflejos y lo demás son tonterías.

Desde que la cuenta @hiddencashmlg colgara una foto con los sobres prestos a ser distribuidos -que desaparecía misteriosamente del perfil pasadas dos horas-, twitter se llenaba de comentarios de jóvenes y no tan jóvenes que se localizaban en la Plaza de la Merced, La Marina, el Muelle Uno y, sobre todo, en el Paseo del Parque. La ilusión se tornaba expectación con el paso de los minutos; la expectación, duda. Tres puntos suspensivos pasadas las diez de la mañana ponían en alerta al personal, pero sólo un momento. Incluso nacía, a las 10:14, una cuenta falsa -@hiddencashmalag-, que aprovechó el desconcierto para subir fotos del Paseo del Parque y echarse unas risas a costa de unos buscadores que no paraban de pedir pistas en forma de tuits a medida que avanzaba la mañana, la paciencia y los megas se agotaban. El cachondeo, fue único consuelo de los malagueños, que comenzaron a subir fotos de dinero, sí. Una moneda de dos euros, una de diez céntimos, incluso un palo... ¡un palo! para reirse de la angustia del fracaso de no haber hallado ese tan ansiado 'hidden cash'.

Hacía las cuatro de la tarde llegó la esperada primera pista, que animaba a los rastreadores a dirigirse a Gibralfaro. Un paseíto ideal para la sobremesa.

A continuación, una explicación y una disculpa: "Lo siento, ¡me quedé dormido! ¿Los habéis encontrado todos?", y una pista para los seguidores de Los Angeles, ciudad en la que comenzaba otra búsqueda.

Los mensajes de indignación inundaron Twitter y las acusaciones de estafa de unos malagueños ya bastante mosqueados se multiplicaron. No obstante, la búsqueda no fue infructuosa para todos como demuestra el tuit de esta afortunada: