La reforma electoral que propone el Gobierno, con el gobierno en los ayuntamientos de la lista más votada, hubiera deparado un panorama algo distinto en la provincia si hubiera estado vigente en las elecciones de 2011. Al menos diez ayuntamientos cambiarían de manos de aplicarse esta idea, desbaratando los pactos alcanzados en esos municipios para desplazar al partido más votado.

Alcaucín, Algatocín, Benaoján, Casabermeja, Canillas del Aceituno, Casarabonela, Frigiliana, Moclinejo, Mollina y Pizarra cambiarían de manos con la propuesta de reforma electoral. De estos, además, ocho municipios recalarían en el PSOE, que recuperaría alcaldías que ha cedido por los pactos de dos y tres partidos, como ocurre en Benaoján, donde los independientes de APB se aliaron al PP e IU, sumando cinco concejales para desplazar a los cuatro ediles del PSOE.

Otro gran pacto que quedaría sin sustancia sería el que gobierna en Alcaucín por la unión de PP, PA y Los Verdes, que desplazaron al candidato socialista, José Manuel Martín Alba, acusado de corrupción y detenido por la policía en 2012.

El PP e IU, por su lado, recuperarían una alcaldía cada uno. En el caso del PP sería Casabermeja, que perdió el gobierno por la unión de IU y PSOE, que sumaron seis ediles frente a los cinco del Partido Popular.

En el caso de IU, le correspondería el gobierno de Pizarra por los pelos. El número de concejales es el mismo que el PSOE, cinco en ambos casos, aunque siguiendo el argumento de la lista más votada que defiende Mariano Rajoy, le correspondería el gobierno de Pizarra al tener diez votos más que los socialistas: 1.663 frente a los 1.653 del PSOE. Esos pocos votos serían suficientes para arrebatar el gobierno a los socialistas, que se mantiene en minoría.

Curiosamente, la propuesta de reforma del Gobierno tendría al principal perjudicado al PP, que perdería las ocho alcaldías que arrebató al PSOE con diversos pactos con independientes, andalucistas o con IU. Uno ellos en Mollina, donde en 2012 IU cambió el pacto que mantenía con el PSOE para apoyar al «popular» Francisco González.

Colmenar y Benalmádena

Los municipios que se hubieran ahorrado la alteración que produce una moción de censura son Colmenar y Benalmádena, que vivieron unas polémicas mociones de censura. La aplicación del gobierno de la lista más votada hubiera resuelto esto de un plumazo, situando al PSOE directamente en el gobierno de Colmenar, en vez de acudir a la moción de censura con el apoyo de Convergencia Andaluza para desplazar el pacto del PP con IU y Convergencia, que cambió su apoyo.

En el caso de Benalmádena, el gobierno le hubiera correspondido directamente al PP, que se alzó con el triunfo con 11 ediles, pero un pacto del PSOE con UCB, IU y Bolín lo desplazó inicialmente hasta que un cambio de apoyos permitió al PP recuperar la alcaldía.

No obstante, las elecciones de 2011 no aportaron muchas polémicas en el gobierno de la mayoría de los ayuntamientos. Los comicios se saldaron con 66 mayorías absolutas, lo que simplificó la organización de los gobiernos.

Además, hay otros nueve municipios donde el partido más votado gobierna en minoría. Estaría por ver cómo se concretará la propuesta del Gobierno para reformar la ley electoral en estos casos, pero en principio dotaría de más estabilidad a estos municipios que ahora necesitan de apoyos puntuales con los partidos de la oposición.

Está por ver cómo se concreta esta propuesta y su efecto en las próximas elecciones municipales, si se aprueba para esos comicios, o en los siguientes. El panorama político es muy diferente del vivido en 2011 en el que hubo una apuesta mayoritaria del electorado en favor del PP, que se hizo con la mayoría de las grandes alcaldías de la provincia.

Ahora, las nuevas perspectivas electorales muestran una mayor fragmentación del voto que hacen prever la irrupción de pequeños partidos que pueden obligar a trazar nuevas alianzas para conseguir las mayorías en los plenos municipales.

Los populares ganarían nueve alcaldías de capitales de provincia

Una de las claves de la reforma propuesta por el Gobierno está en las capitales de provincia, donde se asienta una parte importante del poder político del PP. La aplicación de la medida defendida por Rajoy beneficiaría claramente a los populares si atendemos a los últimos resultados electorales, los recogidos en las europeas. Ninguna capital de provincia alcanzaría la mayoría absoluta, por lo que se decidiría por la lista más votada, lo que da una ventaja al PP en la mayoría. Se haría con nueve capitales que no tiene ahora y perdería tres. Además, neutralizaría la incapacidad de este partido por alcanzar pactos con otras formaciones, ya que el PSOE e IU suelen actuar como pinza y al PP sólo le queda apoyarse algunos en independientes o regionalistas.