«La piscina la están desvalijando. Nos quedamos sin piscina este año pero también el otro y el otro», lamenta Carmela Fernández, presidenta vecinal de Campanillas. Mientras habla, sortea los cascotes y las ventanas desvencijadas del suelo. El que fuera un ambicioso complejo deportivo de la calle Fausto, en Campanillas, es hoy un deshecho de cristales rotos, con palés apoyados en la pared para acceder por los huecos.

Cerrada por Urbanismo en febrero de 2013, a finales de abril de este año el Ayuntamiento decidió rescatar la concesión y poner fin a una historia de infracciones y construcciones ilegales de la empresa concesionaria, Gestión de Ocio y Deportes Fahala.

Sin embargo, la presidenta vecinal, Carmela Fernández, considera que junto con la concesionaria, «el responsable es el Ayuntamiento, por haberla dejada abandonada y no haber puesto seguridad en un terreno municipal». En su opinión, «esto no hubiera pasado en el Centro, la Carretera de Cádiz o el Puerto de la Torre. Esto pasa en Campanillas por el abandono municipal total que tenemos».

A su lado está Ricardo Fombuena, de la asociación de vecinos, que señala el techo desvalijado del gimnasio, del que penden unos cables. «Están quitando el aire acondicionado», avisa.

Al doblar la esquina, tras una persiana rota, asoma una habitación llena de trastos y al fondo, un panel de cristal descolgado que reza Sala de Actividades.

Y en la fachada principal, los vecinos llaman la atención sobre un estrecho porche al aire libre repleto de montañas de agujas de pino, y basura,mientras en las alturas, cables de teléfono que cuelgan de las ramas de un pino vecino.

La única zona con una verja cerrada con candado es la que da acceso directo a la piscina, donde se aprecian un par de lunas rotas pues la verja no es de mucha altura. «El año pasado, por Feria, me llamaron los vecinos porque un grupo había entrado en la piscina, se estaban bañando en un poco de agua que había y llevándose cosas», recuerda Carmela Fernández. Por su parte, Ricardo Fombuena comenta que «cada uno entra aquí como Pedro por su casa, se han llevado todo lo que pueden y una vez hubo una pelea: un policía se dio un porrazo con un cristal persiguiendo a uno de ellos».

La asociación también muestra el malestar con la parcela contigua, un terreno municipal en el que se depositan escombros y para el que estaba prevista una zona deportiva. Así al menos se lo señalaron a David Rodríguez, vecino de la calle Fausto, cuando compró la casa en 2004: «Pedí que me la dieran con vistas a la zona deportiva y aquí lo que hay son mosquitos y ratas».

Urbanismo El concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, explicó ayer a La Opinión que tras el rescate de la concesión de la piscina y los tres meses para que la empresa presente las alegaciones, «ahora hay que aclarar las cuentas», aparte de que la Gerencia «está valorando el gasto necesario para poner en marcha la piscina». A este respecto aclaró que el Ayuntamiento adelantará el dinero de las reparaciones, pero luego los gastos se pasarán a la concesionaria. «Y esperemos que tengamos mejor suerte con próximos concesionarios», expresó. En la comisión de Urbanismo de julio, el PSOE presentó una moción alertando del abandono de las piscinas de Campanillas, Colmenarejo y el Puerto de la Torre y recordaron la demolición en 2010, por abandono, de la de Santa Rosalía-Maqueda. Los vecinos confían en que la de Campanillas no llegue a ese punto.