Las obras del metro en el entorno de Albert Camus vuelven a coger velocidad con la llegada de septiembre. La presencia de operarios y máquinas en este tramo -entre Renfe y el Guadalmedina- permite aventurar que para la próxima Navidad se podrá liberar el entorno de la plaza de Albert Camus y se permita el tránsito normal de coches y peatones. Casi cuatro años después.

La constructora Ortiz ha recuperado el pulso tras paralizar los trabajos en abril para exigir más dinero a la Consejería de Fomento para financiar los sobrecostes. La exigencia de que se vuelva a trabajar mientras se negocia una salida a esta demanda ha tenido el efecto deseado y los operarios ya trabajan a pleno ritmo para completar los dinteles que soportarán la losa superior del túnel.

El delegado de Fomento, Manuel García Peláez, destacó que el ritmo de trabajo «se ha recuperado totalmente y hemos podido comprobar que hay más movimiento en el tramo». Sobre estas actuaciones, el delegado apuntó que se están centrando en terminar la losa de cubierta en el entorno de la plaza de Albert Camus, que lleva con el acceso limitado para coches y peatones casi cuatro años.

Con la losa de cubierta terminada, se podrá reurbanizar la zona afectada por la obra y recuperar la normalidad de tránsito, lo que dará un respiro a los locales comerciales del entorno, castigados por la presencia continuada de las obras, que disuade el paso de la gente.

El objetivo es recuperar la libertad de movimiento de tránsito en ese espacio lo antes posible, algo que se espera conseguir «en unos tres meses, con idea de que esté antes de Navidad, aunque hay que ser prudentes», insistió Manuel García Peláez.

Debate abierto. La aparición de restos arqueológicos y los problemas de estabilidad del terreno han retrasado la ejecución del proyecto y aumentado los costes de adjudicación, que inicialmente se situaron en 42 millones de euros. La empresa pide que se amplíe ese presupuesto en 32 millones de euros para atender estos imprevistos, mientras que la Consejería de Fomento sólo reconoce 17 millones de euros.

El ultimátum lanzado a principios de agosto por la Consejería de Fomento a la constructora Ortiz para que aceptara los 17 millones ofrecidos de sobrecoste, y renunciara a la petición de 32 millones, tuvo como resultado la aceptación de la cifra pero con unas condiciones que estudia la Consejería, además de recuperar la obra.