Málaga capital tiene una presión fiscal dispar sobre el ciudadano, ya que varía en función del tipo de tributo respecto al resto de municipios de la provincia.

El coeficiente que se aplica para calcular la factura en el IBI urbano (Impuesto de Bienes Inmuebles) es del 0,451, uno de los más bajos de la provincia, donde el «suelo» está en 0,4, según los datos del Ministerio de Hacienda sobre las ordenanzas fiscales de este año. Además, este dato está por debajo del tipo medio para la provincia -que es del 0,582- y muy lejos de Torremolinos, que aplica la mayor presión fiscal en el IBI al llegar al 1,16.

Distinto es el panorama cuando se aborda la presión fiscal que se aplica en el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM). La capital tiene unas tasas altas, si se compara con la media provincial.

Así, los turismos con motores que oscilan de entre 80 CV y 160 CV tienen coeficientes muy por encima de la media provincial. En el caso concreto de los coches con motores de 80 CV a 120 CV, que son uno de los grupos más numerosos, se aplica una tasa de 65,8 euros de cuota, la segunda más cara de la provincia sólo por detrás de Fuengirola (67,14 euros) y muy por encima de la media provincial (43,96 euros).

En la categoría de turismos de 120 a 160 CV, también muy numerosos, en la capital se cobra 138,9 euros por cuota de vehículo, de nuevo la segunda de la provincia tras Fuengirola (141,73) y superando ampliamente la media (93,28 euros). Este esquema se repite en los coches menos potentes (menos de 80 CV). Sólo se afloja la presión fiscal en los turismos más potentes (de 160 a 200 CV y más de 200 CV), donde Antequera, Ronda, Villanueva de la Concepción, Serrato y Montecorto -junto a Fuengirola- superan a la capital.