­El trasiego de viajeros es constante. Calendario y termómetro evocan a cada instante que estamos inmersos en plena temporada alta. Sin embargo, a los empleados del Hotel Vincci Posada del Patio no parece desbordarles este vaivén. Según su director, César Pérez, la ocupación «se mantiene constante» a lo largo de todo el año.

No solo por la cantidad destacan los huéspedes de este recinto hotelero, también lo hacen por la variedad de sus procedencias. «Esto es la ONU», bromea uno de los mozos. Para Paola, una simpática recepcionista que muestra su alegría por llevar cinco años en la cadena, los mozos son «una figura indispensable», ya que son «la primera toma de contacto» con los clientes y están «para todo lo que se les necesite».

Construido sobre las ruinas de la muralla romana, que a su vez actúa como un distintivo reclamo visual de este recinto, el Vincci Posada del Patio cuenta con un total de 106 habitaciones repartidas en cuatro plantas, sobre las que se halla una piscina con vistas a la Catedral de Málaga.

«Los precios por noche suelen partir de los 200 o 300 euros, aunque hay días en los que podemos modificarlos hasta en cuatro ocasiones. El objetivo siempre es sacar el máximo rendimiento posible a las habitaciones», explica Manuel Molinero, responsable del área de recepción. «También influye mucho la fecha en la que nos encontremos, obviamente», añade, a la vez que señala que en Semana Santa el hospedaje cobra mucho valor, dado que están en una zona de tránsito y que desde la primera planta «casi que se pueden tocar los tronos».

Otra de las peculiaridades en las que quiso insistir Manuel es que si a un cliente no le gusta una habitación, le acompañan a que visiten todas las restantes que estén disponibles hasta que decida en cuál se quiere hospedar.

Otra de las labores que tienen que coordinar desde este área es la llegada y la salida de los grupos de música o equipos de fútbol, que suelen elegir el Posada del Patio durante sus estancias en la ciudad.

«Con ellos no dejamos nada al azar, si hay que traer galletas de otro país se hace», comenta.

Sin ruido y con despacho

Los detalles también marcan la diferencia en el interior de las insonorizadas alcobas. Las hay de seis tipos, aunque varios elementos son comunes en todas, como el suelo de madera de nogal, el canal plus o el doble acolchonamiento de plumas en las camas, lo que en invierno produce «una sensación inigualable de arropamiento», explica Manuel. «El Wifi es muy potente, aunque las personas que lo soliciten pueden disponer de un cable ADSL para que no tengan problemas a la hora de trabajar y/o realizar videoconferencias. También les podemos llevar impresoras», añade. En el minibar, las botellas pequeñas de alcohol comparten espacio con numerosas golosinas, chocolates y hasta con un llamativo kit erótico.

En las superiores, los clientes podrán disponer de una conocida máquina de cápsulas para hacer café o de amenities de conocidas marcas de maquillaje, entre otros privilegios como disponer de amplios salones o de espectaculares duchas y dormitorios.